Angélica Mora

Nueva York

 

Como chilena tengo derecho a dar mi opinión: Chile no aprende (o por lo menos hasta ahora...)

A pesar del penoso legado de los años sumidos en el socialismo de Salvador Allende, los chilenos eligieron a un estudiante como presidente, cuyo único "mérito" es haber hecho interminables huelgas estudiantiles. Hoy este Jefe de Estado se desespera y lucha por cambiar la Constitución, que rige la nación desde el gobierno del general Augusto Pinochet.

El país, sumido en la incertidumbre, ve que las promesas del presidente Gabriel Boric permanecen incumplidas y por el contrario, hoy brillan las estrellas comunistas, camufladas durante la exitosa campaña que le llevó a la presidencia.

La vocera de la Moneda, Camila Vallejo --de triste admiración por el dictador cubano Fidel Castro-- aseguró con enorme desparpajo y hablando a nombre del gobierno, que no "hay nada ilegal ni novedoso en la campaña de marcar casa por el "apruebo"". Vallejo recordó que "en todos los proceso de campaña hay familias que libremente señalan su posición política", en relación a la controversia por afiches instalados en hogares con la sigla "apruebo" de la nueva Constitución, instalados por gente del régimen.

El enfrentamiento es reprochado por quienes están por "el rechazo": El ex Ministro Rodrigo Valdés declaró que "es alarmante marcar las casas para ver a quien le gusta o no la Constitución..." El senador Matías Walker, señaló que 'marcar casas' es una de las peores prácticas de regímenes autoritarios... Y otro colega, el senador Fidel Espinoza, expresó que ".. eso de marcar casas es de un estanilismo que obliga a alguien a tener un planteamiento". Lo que el gobierno quiere es cambiar la Constitución Política de la República de Chile de 1980, que actualmente está vigente.

Fue aprobada el 8 de agosto de 1980, durante el gobierno militar de Pinochet y sometida a ratificación mediante un plebiscito el 11 de septiembre de 1980, siendo promulgada el 21 de octubre del mismo año. Entró en vigor, en un régimen transitorio, el 11 de marzo de 1981 y en forma plena el 11 de marzo de 1990. Hasta abril de 2022 ha sido reformada 59 veces (incluyendo una ley interpretativa de 1992), siendo modificados 257 artículos en total. Fue reformada una vez en 1989... doce veces en 2020, cinco veces en 2021 y dos en 2022.

En abril de 2015, la presidenta Michelle Bachelet anunció que en septiembre del mismo año iniciaría un proceso constituyente para la redacción, discusión y eventual aprobación de un proyecto de la nueva constitución, que pretendía reemplazar a la de 1980. Sin embargo, tras terminar su mandato, Bachelet reconoció que el proceso «no logramos concluir a cabalidad ...».

En noviembre de 2019, como consecuencia de los ataques contra el Metro, uno de los sistemas de transporte más eficientes del mundo, se anunció un acuerdo político para generar una eventual nueva Constitución. Esto implicó un plebiscito celebrado el 25 de octubre de 2020, en el cual los ciudadanos aprobaron redactar una nueva Carta Magna que reemplazaría la actual. A la vez se decidió su redacción mediante una Convención Constitucional, cerrando el proceso con un plebiscito ratificatorio en septiembre de 2022.

Las encuestas se han centrado en medir el rechazo que provocaría el borrador de la eventual nueva Constitución chilena. El texto final, redactado por la Convención Constitucional izquierdista, será aprobado o rechazado el próximo 4 de septiembre. Esta consulta popular es el origen de los temores de Boric de que no se aprueben los cambios. Sin embargo, el mandatario tiene una buena carta bajo la manga y ya plantea un atajo para cambiar la Constitución, si pierde el plebiscito.

Los disturbios estallaron luego que el presidente Sebastían Piñera anunció una pequeña alza en las tarifas del transporte público. Ahora Boric ha dicho que desplegará un “proceso gradual de normalización” de las tarifas con alza de 100 pesos. Piñera solo buscaba un alza de 30 pesos, pero los izquierdistas se aprovecharon de ello para causar grandes daños a la economía chilena, que era una de las mejores del continente. Así están de cambiadas las cosas, pero ¿aprenderán los chilenos?