Angelica Mora

Nueva York

 

El conflicto mapuche no sólo afecta a Chile, también la lucha es violenta en Argentina con frecuentes registros de incidentes vandálicos.

El antagonismo indígena cruza de un lado y otro la Cordillera de los Andes y las batallas se acentúan con la izquierda radical azuzando los problemas y proporcionando, además, recursos a los grupos beligerantes.

En años recientes, el reclamo de los mapuches se ha enturbiado por enfrentamientos militares durante las ocupaciones, y los consabidos desalojos.

Este mes, el gobierno chileno decretó el estado de emergencia en dos provincias de la región de La Araucanía y otras dos en la región de Biobío, en el sur del país. El escritor y periodista Pedro Cayuqueo, autor de varios libros sobre los mapuches chilenos, analizó el problema indicando que existe un estancamiento de las partes en el conflicto. Precisando que, las enconadas luchas generan una espiral de violencia donde hay lamentable pérdida de vidas humanas y materiales. “A mayor violencia estatal, mayor violencia mapuche...”.

Mientras muchas comunidades y organizaciones indígenas realizan sus reclamos por vías pacíficas, hay otras más radicales que han realizado actos violentos con intimidación y muerte de propietarios y personal de haciendas, con ataques incendiarios a casas y camiones de la zona de la Araucanía.

Entre estos hechos, destacó el asesinato del latifundista  Werner Luchsinger y su esposa en enero del 2013, quienes perecieron en un incendio de su casa en la comuna de Vilcún. Celestino Córdova, culpado como responsable, fue condenado a 18 años de prisión.

VIOLENCIA

En los últimos años en la región del Biobío, la Araucanía y de Los Ríos, diversas organizaciones han realizado ataques a las empresas forestales y sus vehículos de trabajo, afectando camiones, autos, buses y retroexcavadoras.

 Los pobladores rurales del sur de Chile se ven constantemente atacados y sus templos incendiados. Debido a los constantes ataques, un gremio de camioneros hizo una manifestación frente al Palacio de La Moneda exigiendo el aumento de seguridad en la zona.

El 8 de febrero de 2020 en la comuna de Victoria incendiaron el camión en donde el trabajador Juan Barrios se encontraba durmiendo. Esto le provocó quemaduras en el 25% de su cuerpo, falleciendo como consecuencia de las mismas. En el sector de San José de la Mariquina, en la Región de Los Ríos, se produjo el mayor atentado destinado a quemar camiones. Desconocidos destruyeron decenas de vehículos y en el lugar se encontró un panfleto adjudicando el ataque a la agrupación "Weichán Auka Mapu", grupo que ha estado detrás de una serie de hechos violentos en La Araucanía.

La Coordinadora Arauco Malleco (CAM) es una de las comunidades mapuches más violentas de Chile, y dice luchar por la “liberación de la nación mapuche” frente a un “Estado colonial”.

La Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), por su parte, reivindicó los recientes ataques a organismos públicos en la Patagonia, con el mismo objetivo de “lograr la liberación” de la nación mapuche.

“No podría asegurar si existe un vínculo entre las organizaciones, que tengan una agenda en común”, dijo al diario argentino LA NACION, el doctor José Mela, académico de la Universidad Estatal de O’Higgins, si bien destacó que “el contexto es el mismo” en cuanto a los reclamos de tierras y derechos de las comunidades mapuches por las que dicen pelear.

ARGENTINA

Del lado argentino, la conflictividad en la zona cordillerana de Río Negro, Chubut y Neuquén ha tenido aumento de las tensiones desde 2017, con ocupaciones, cortes de rutas y enfrentamientos armados. Diego Frutos, presidente de la Junta Vecinal de Villa Mascardi, a 40 km de Bariloche, rechaza la legitimidad de estas agrupaciones y asegura que no tienen nada que ver con las auténticas comunidades.

“Son despreciados por los verdaderos mapuches, como la comunidad Wiritray, con los que convivimos en armonía. Los que armaron la toma no son mapuches, son un rejunte”, dijo Frutos a LA NACION. Y recordó cómo se instalaron en 2017 invocando una visión de la “machi” (chamán), una adolescente a quien los espíritus le habrían marcado dónde debían establecer su nuevo domicilio.

WALLMAPUWEN

La dinámica indígena es tal que se formó el primer partido político.

"Nuestro objetivo es lograr la reconstrucción del país mapuche", explicó en conferencia de prensa su presidente, Ignacio Astete Nahuelcoy.

La sede del partido está en Temuco y ya se presentó un elenco de candidatos municipales para la Araucanía.

Astete, adelanta que se ultiman los detalles de la plantilla. "Por ahora  tenemos candidatos a concejales en poco más de la mitad de las 32 comunas de la región", sostiene el dirigente, quien inició su biografía política en la Universidad de La Frontera, como dirigente de la agrupación de estudiantes mapuches Wenkitun.

Wallmapuwen (lo que traducido del Mapudungún sería "habitantes del país mapuche") presentó ante el Servicio Electoral las 1.300 firmas para iniciar su constitución en partido. El Servel emitió la resolución en la que aceptó las firmas, con lo que se oficializó a la colectividad como partido político en formación. Según la lectura histórica del colectivo, la reconstrucción del llamado "país mapuche" es una reivindicación que se remonta al siglo XIX, cuando el Estado llega a lo que actualmente es la IX Región, en lo que suele denominarse "Pacificación de la Araucanía". Desde entonces, asegura Astete, el Estado de Chile mantiene "invadido" el territorio.

Es por esto que Wallmapuwen propone la creación de un "estatuto autonómico" -como España con Cataluña- para lo que consideran el país mapuche, principalmente La Araucanía, pero también parte de las regiones de Los Ríos y Los Lagos.

JONES HUALA

El caso del líder mapuche argentino es un problema que ha pasado de lo político a lo diplomático. Recientemente, el Gobierno argentino defendió a Facundo Jones Huala en una audiencia por su libertad condicional en Chile, pero fracasó en su empeño. Fue así como el embajador Rafael Bielsa asistió a una reunión de comisión en la que se debatía el recurso presentado por el líder mapuche argentino, detenido desde 2018

Jones Huala, que fue extraditado a Chile en ese año, para cumplir una condena de nueve por su participación en un ataque incendiario en Chile en 2013, solicitó por tercera vez la libertad condicional en la audiencia de la Comisión de Libertades Condicionales de la Corte de Apelaciones de Temuco.

De todas maneras, la Justicia volvió a rechazar el pedido, al tiempo que su defensa busca que  termine de cumplir su pena en la Argentina.

En los considerandos del texto, la Comisión de Libertad Condicional de Temuco indica que “se informó que ha iniciado un proceso de traslado a su país natal, la Argentina. Al momento de argumentar la denegación de la libertad condicional, el fallo de la Justicia de Temuco menciona un informe psicosocial de Jones Huala realizado por la Gendarmería, que indica que Jones Huala “no es parte de un programa de intervención psicosocial y que se niega hacerlo por estimar que ningún programa se ajusta a sus necesidades culturales; ingresó a estudiar en segundo año de enseñanza media, pero una vez que asistir a la escuela dejó de ser requisito para postular a la libertad condicional, se retiró de ésta; y que no participó de acciones de reinserción social asociadas a los factores que poseen relevancia criminógena en su caso”.

“Un análisis global del informe permite concluir que el postulante no ha avanzado significativamente en su proceso de reinserción, sin que, a pesar del tiempo transcurrido, haya reconocido los hechos por los cuales fue condenado, sin justificaciones y sin darle otro contexto o explicación; lo que hace evidente que su proceso de reinserción social se encuentra incompleto, quedando establecido una actitud resiliente del postulado para someterse al proceso de intervención ofrecido por Gendarmería”, indica el fallo.

ETERNO

La complejidad del problema es exacerbado por los grupos más radicales del izquierdismo en Argentina y Chile.

Muchas de las comunidades mapuches, que buscan una vía alternativa para solucionar sus problemas, no se sienten identificadas ni se solidarizan con la violencia, pero por ahora, esto es lo único que predomina en la vasta región mapuche.