Alfredo M. Cepero
Director de La Nueva Nacion
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Y ahí se les trabo el paraguas con la jueza Maryellen Noreika que es un ejemplo viviente de que “la justicia tarda pero llega”.
¡Se acabó el pan de piquito! Una frase tradicional que usamos cuando se pierde algo que se nos estaba dado de manera fácil y sencilla. Esta frase se utiliza para expresar que se le terminó el juego fácil a una persona o grupo de personas. En el caso de la política significa al que se le acabó el tiempo de mandato o el fin de una era para un grupo o personaje importante. Es similar a “Se acabó lo que se daba”.
El acuerdo judicial de Hunter Biden se despeñó por el abismo en su primera comparecencia ante la jueza la semana pasada y él se declaró “no culpable”—inocente en derecho español—al mismo tiempo en que los fiscales confirmaban que el hijo del presidente todavía estaba siendo investigado por el gobierno federal. Irónicamente, se esperaba que Hunter Biden se declarara culpable de dos ofensas de “menor cuantía”— misdemeanor en inglés—en cuestiones de impuestos federales como parte de un acuerdo que le evitaría una sentencia carcelaria por un cargo de “delito mayor”—felonía en inglés—por portar armas de fuego.
Pero se encontraron con la jueza Maryellen Noreika, nombrada al cargo por el expresidente Donald Trump y ahí fue donde se rompió la represa. La jueza no aceptó los “cuentos de camino” de la defensa y puso en duda la constitucionalidad del acuerdo, específicamente la “cláusula de desvío”—diversion clause en inglés—y la inmunidad que como resultado recibiría Hunter Biden. Sin embargo, los fiscales dijeron más tarde que aunque Hunter Biden se declarara culpable de dos delitos de menor cuantía esa admisión no lo inmunizaría de futuras acusaciones.
Desde el primer momento, la jueza se mostró muy escéptica del extraño acuerdo que le otorgaba a Hunter una amplia inmunidad criminal a perpetuidad. Al mismo tiempo, puso en dudas el hecho por el cual se le negaba a ella autoridad legal para declararlo nulo. Cuando Noreika le preguntó al fiscal, Leo Wise, si existía un precedente para que ese tipo de acuerdo fuera propuesto, el fiscal respondió: “no su Señoría.”
A continuación, Noreika le preguntó al fiscal Wise si el gobierno podría enjuiciar a Hunter por la violación de la Ley de Inscripción de Agentes Extranjeros, a lo que Wise contestó en forma afirmativa. Por su parte, el abogado defensor, Chris Clark, dijo que no estaba de acuerdo. “Entonces no hay acuerdo” dijo el fiscal Wise. A lo que el defensor Clark contestó: “En lo que a mí concierne, tampoco hay acuerdo.” En última instancia, al negarse la jueza a aceptar el acuerdo previo, Hunter no tuvo otra opción que declararse inocente. Y el circo sigue su curso.
A continuación, la Noreika interrogó a Hunter sobre su sobriedad y sobre sus actividades de negocio—específicamente sobre el dinero que recibió de sus socios de negocio en el extranjero como la compañía ucraniana de gas natural Burisma y sus pactos con la compañía energética de China Comunista. Por su parte, Hunter admitió haber recibido 600,000 dólares del Partido Comunista Chino, a pesar de que su padre ha afirmado en repetidas ocasiones que nadie en la familia ha recibido dinero chino.
Todo este enredo está estrechamente relacionado con acontecimientos en el Capitolio Nacional. Funcionarios del Servicio de Rentas Internas han declarado ante comisiones de la Cámara de Representantes sobre obstrucciones del Departamento de Justicia en la investigación de la conducta del hijo del presidente. Los funcionarios Gary Shapley y Joseph Ziegler han dicho que la política influyó en las decisiones sobre el enjuiciamiento de Hunter Biden a través de toda la investigación.
Por su parte, el Presidente del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes, Jason Smith, ha presentado un “amicus brief” ante el tribunal en el cual solicita que antes de cualquier acuerdo sean considerados testimonios en contra. En dicho “amicus brief” Smith afirma que todo parece indicar que Hunter Biden se ha beneficiado por una interferencia del gobierno que pone en dudas la integridad de la investigación de la Oficina del Fiscal de los Estados Unidos.
Abundando en el tema, y haciendo gala de su resentimiento por no haber sido nombrado al Tribunal Supremo y su característica hipocresía, el Secretario de Justicia, Merrick B. Garland, dijo bajo juramento ante el Congreso que el fiscal Leo Wise era la última autoridad en cualquier acusación contra Hunter Biden. Y en carta fechada el 7 de junio, el propio Wise ratificó que él tenía la última palabra en cualquier asunto relacionado con este tema.
Las preguntas que debemos formularnos es si el hijo del presidente y el Secretario de Justicia conspiraron para redactar un acuerdo que exonerara a Hunter de cualquier delito pasado y le proporcionara inmunidad ante futuros delitos. Y al mismo tiempo le facilitara independencia e integridad a la Administración Biden aparentando que juzgaba a su propio hijo. Yo no tengo la menor duda en contestar SI a las dos preguntas.
A mayor abundamiento, tanto Hunter Biden como la Secretaría de Justicia redactaron un acuerdo que permitiera a Hunter la mayor cantidad de inmunidad por la mínima cantidad de castigo. Pensaron haber logrado su propósito pero no contaron con que para consumar su patraña necesitaban el consentimiento de un juez. Y ahí se les trabo el paraguas con la jueza Maryellen Noreika que es un ejemplo viviente de que “la justicia tarda pero llega”.
Tengo el presentimiento de que esta no será la última vez que escribiré sobre este tema. Por el momento vamos a concluirlo con palabras sabias y profundas que deben servirnos de guía en tiempos de tormenta como los que vivimos. En el Eclesiastés 3 de la Nueva Versión Internacional de la Santa Biblia leemos: “Todo tiene su momento oportuno; hay tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo”. La mafia de los Biden tuvo su tiempo para saquear el tesoro americano y para enriquecerse a costa de su país. Pero los últimos acontecimientos indican que les ha llegado su tiempo de rendir cuentas y de purgar sus penas. Por el bien de este país espero que así sea.
8-2-23