Dr. Oscar Elías Biscet
Presidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos
Presidente del Proyecto Emilia
Medalla Presidencial de la Libertad
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El lujo es parte de los festejos que representa a la majestuosidad de los antiguos reyes y reinas de Egipto. Los promotores y patrocinadores del desfile faraónico conservaron la grandeza de aquellos gobernantes. Esto fue el 3 de abril, donde trasladaron 22 momias de faraones y reinas del Imperio Nuevo, siglo XVI-XI a.C., del Museo de Egipto al Museo Nacional de la Civilización Egipcia, inaugurado parcialmente en el 2017, en el Cairo. El presidente del país, Abdelfatah al Sisi, les dio la bienvenida y habló sobre el magnánimo acontecimiento y se oyeron salva de cañones durante la festividad.
La civilización egipcia es una de las más poderosa y prolongada en su existencia en la historia de la humanidad. Desde su primer rey Menes o Narmer, de la dinastía I, en el 3 100 a.C., hasta el último faraón de la dinastía XXXII, la reina Cleopatra, que con su muerte, Egipto fue convertido en una provincia romana en el año 30 a.C. A pesar de las dinastías grecorromanas, el idioma egipcio Demócrito se mantuvo durante siglos, desde el 300 a.C. hasta siglo 14 d.C., incluso con la dominación islámica (VII d.C.) que impuso su lengua, el árabe, hasta hoy en Egipto.
Sin embargo, existen varias fuentes que describen los orígenes de los egipcios desde tiempo antiguos como el Papiro Real de Turín o Lista de Reyes de Turín, que fue un documento realizado por el sacerdote egipcio Manetón, en el siglo III a.C. y en lengua hierática. En este está definido los reinados más allá de Menes y llegan desde los semidioses hasta sus orígenes en los dioses. Lo cierto es que los egipcios clásicos proclamaron sus orígenes en los cielos, en especial de la estrella Sirio y que representa en el cielo a la constelación Orión. Esos orígenes también están recogidos en otras culturas antiguas como en las tablillas sumerias y el libro de Ezequiel; algunos consideran que estas representaciones divinas son individuos extraterrestres. Pero en la actualidad, las ciencias oficialistas no reconocen esos sucesos de esas civilizaciones.
Lo cierto es que la antigüedad de Egipto se menosprecia por la arqueología oficial. Entre aquellas, las evidencias concretas del Huevo de Nubia, el Zodiaco de Dendera y los estudios geológicos de la Gran Esfinge, que vuelven a la civilización egipcia más antigua, alrededor de 10 000 años a.C. También su civilización, erudición y cultura, aunque fue muy apreciada hasta el siglo XIX, en este comienza un proceso de descredito y cancelación estimulado por la colonización y discriminación en Europa, aunque con menos rigor, se adentra hasta nuestros días, en especial, en las ramas científicas. Quizás, con las obras del Museo Nacional de la Civilización Egipcia serán el comienzo del conocimiento y engrandecimiento justo de la civilización egipcia en sus aportes en las ciencias y la cultura para Europa y el mundo.
Si bien, las autoridades presidenciales tuvieron cuidados en honrar a esos grandes reyes y reinas egipcios, sus cuerpos no son para exponerlos en museos y mucho menos en vitrinas. Ellos forjaron una gran civilización y engrandecieron a su patria y a la humanidad; pues deben descansar en sagrados sepulcros y ser honrados como desean sus descendientes; aún existe una población pequeña de cristianos coptos y de lo originales egipcios que no están contentos con las formas de tratar a sus ascendentes y padres patrios.
Mucho peor observo en Cuba con la denigración y mal trato a los cuerpos inertes de muchos conciudadanos en el Cementerio de Colon, La Habana y esos restos humanos fueron esparcidos por los contenedores de basuras y en cajas de cementos maltratadas por el tiempo y, sobre todo, por el descuido de las autoridades competentes. Estas exhumaciones pueden ser para tener más capacidades de sepulcros ante el creciente número de muertes por la plaga de COVID- 19, que ocultan de las estadísticas oficiales, o será una forma de recibir dineros con sus ventas.
Quizás muchos de los fallecidos estén sin familias o personas residentes en el extranjero que piensan que sus muertos están seguros en sus tumbas o posiblemente muchos de ellos ya no viven, por lo que no pueden protestar ante el ultraje a la dignidad de los que expiraron, en la forma descuidada e inhumana de exponer sus cadáveres por parte de las autoridades administrativas y de gobierno.
Muchos cuerpos de los mártires fusilados por la tiranía castrista no fueron entregados a sus familiares e incluso no se conoce dónde están enterrados, algunos como la Masacre de Santiago de Cuba, que después de ser fusilados arbitrariamente y sin garantía procesar, fueron echados en una fosa común y más tardes lanzados al mar. Todos esos patriotas lucharon y murieron por una patria libre y un pueblo soberano; poder que fue eliminado del pueblo, convirtiendo a la población a la moderna esclavitud, el socialismo.
Esas son ignominias e inmoralidades que también están en las leyes castristas, en especial en el adefesio constitucional de 1976 y sus herederas, la cual hace que, en la práctica, la soberanía no radique en el pueblo. Por eso el régimen cubano es ilegitimo, ilegal e inmoral; por lo que solo hay un camino digno para el verdadero cubano, desintegrar a la dictadura y restablecer la libertad en los valores republicanos en una Cuba libre.
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