Dr. Oscar Elías Biscet
Presidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos
Presidente del Proyecto Emilia
Medalla Presidencial de la Libertad
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Los tiranos Fidel Castro, Raúl y el sucesor designado Miguel Díaz-Canel han hundido en la miseria, el hambre, la falta de libertad y las violaciones de los derechos humanos al pueblo cubano.
Inmediatamente después de la inanición involuntaria, sus cuerpos caquécticos sostenían débilmente a sus vidas y una briza fría nocturna les arrebató la chispa de la vida. Al amanecer, la rigidez cadavérica era extrema, como si sus cuerpos inertes durmieran por una prolongada e indefinida temporada, que las autoridades responsables no pudieron detectar y socorrer a tiempo. Aquellas personas no se encontraban en los campos de concentración hitleriano ni en los gulags soviéticos, donde los conteos son tan frecuentes para descubrir cualquier anomalía en la población penal: fugas y muertes; sino que estaban ingresados en un famoso hospital en Cuba.
En el 2010 ocurrió las muertes de 26 enfermos mentales en el Hospital Psiquiátrico de La Habana, conocido popularmente como Mazorra, el régimen castrista lo llamaba el mejor servicio psiquiátrico del mundo. Esas defunciones innecesarias demostraron el rostro verdadero de la tiranía castro socialista, no solo por el mal trabajo administrativo sino por la desidia al tratar a enfermos desvalidos mentales. Esas personas murieron en la hambruna, caquexia e hipotermia, de una ola leve de frío caribeño, pues las autoridades hospitalarias robaban sus alimentos y ropas.
Cuando supe de la muerte por desnutrición extrema de los enfermos en un centro hospitalario, sentí una profunda indignación contra el régimen y tristeza con esos pobres discapacitados mentales y me recordó al Gueto de Varsovia y los campos de trabajo soviético. En el Gueto polaco había una alimentación hipocalórica, solo para mantener la vida por un breve período, era la forma de control y exterminio de la población por los nazis, que también concibieron para la ocupación soviética, el Plan Hambre.
Del mismo modo, los comunistas soviéticos hacían con los que disentían de sus políticas e ideología. En los campos de trabajos en la Siberia, los disidentes debían cortar árboles bajo una norma establecida y entonces podían obtener sus cuotas de alimentos, los intelectuales y profesionales eran los primeros en desnutrirse y morir. Asimismo, hubo varios períodos de hambruna en la Unión Soviética, 1921-22 y en 1932-33. Esos pasos de catástrofes humanitarias los siguió la China maoísta, 1958-62.
El régimen castro comunista aplicó esa forma de control y exterminio de la población, copia de los socialistas nazis y estalinistas e impuso el control alimentario cubano, con la libreta o tarjeta de racionamiento, aunque una alimentación hipocalórica, no llegaba al exterminio, pues podía comprar productos liberados, aunque caros. Sin embargo, la gran mayoría de la población anciana y los enfermos mentales abandonados por sus familiares tenían una malnutrición por defecto, hambruna, que los lleva a la apatía mental e indiferencia por la vida, francamente se manifestó en la crisis de los noventa, el Período Especial.
En Cuba, 2020-21, la pandemia de COVID-19 puso en evidencia la mala administración del régimen castrista y sacó a la palestra pública la grave crisis económica, donde anunciaron la eliminación del 70 % de las ventas de pan, antes habían limitado su compra, esto desenmascaró al paraíso socialista e hizo brotar el hambre en el pueblo. La mayoría de las personas solo adquiere los productos alimenticios de sus tarjetas de racionamiento y avanza sus pérdidas de peso, que hace poco sostenible a sus cuerpos en las largas colas para adquirir sus alimentos, pero resalta la igualdad plena en la miseria.
La tiranía castro comunista desata una intensa represión contra una minoría desafiante a las mentiras y difamaciones publicadas por los medios oficiales y para acallarla ha creado una serie de leyes restrictivas de la libertad de expresión y puesto en prisión a muchos jóvenes disidentes. Esta minoría contestaría muestra en internet, la grave crisis humanitaria existente en el país, donde exponen los muertos por la plaga china, censurados por medios castristas, además de los fallecidos por faltas de medicamentos y ambulancias; a estos se suman los decesos por hambruna y suicidios en la Cuba del siglo XXI.
Las Naciones Unidas (ONU) clasifican la crisis humanitaria, como circunstancia de emergencia en la que está en riesgo la vida, la salud, el bienestar o seguridad de un colectivo de personas o una comunidad en un país o territorio y que prevé necesidades masivas de ayuda humanitaria para evitar una catástrofe humanitaria.
Por lo incontrolable de la plaga de COVID-19 y la no inmunización por la no compra de una vacuna a tiempo, existe un colapso científico-técnico y asistencial del sistema de salud cubano, bajo una política errada de sus politicastros del país, les acompaña la muerte y el hambre. En previsión de esas circunstancias de emergencia nacional, las autoridades castristas exhumaron muchos cadáveres en el más grande cementero de la Isla, el de Colón, La Habana y la preparación en secreto de un éxodo para aliviar las presiones de descontento interno, político-económicas.
La nueva emigración pudiera estar relacionado a las recientes mediadas de la administración estadounidense de aceptar las entrevistas de refugiados a los balseros para que expongan sus miedos de persecución y a la posibilidad de no presentar visado los cubanos para entrar en la Unión Europea, proyecto del Gobierno español. Lo cual haría un drenaje continuo, persistente pero no masivo de emigrantes hacia esas naciones y así, aseguraría la estancia estable y prolongación tiránica en el poder del país.
Los tiranos Fidel Castro, Raúl y el sucesor designado Miguel Díaz-Canel han hundido en la miseria, el hambre, la falta de libertad y las violaciones de los derechos humanos al pueblo cubano; que su único camino honorable: el de la resistencia activa no violenta, para ponerle fin definitivo a la dictadura y restablecer la República de Cuba.
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