Dr. Oscar Elías Biscet

La Habana, Cuba

Presidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos

Presidente del Proyecto Emilia

Medalla Presidencial de la Libertad

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A veces se dice que cuando las personas caen en bancarrota, lo hacen gradualmente y luego repentinamente.

Lo mismo puede decirse de los gobiernos en bancarrota, incluido el régimen comunista que ha gobernado Cuba durante 63 años. El lento deterioro de la sociedad cubana que comenzó con la revolución cubana en 1959 se ha intensificado en los últimos años. Hoy, muchos cubanos se preguntan cuánto tiempo pasará hasta que el gobierno se derrumbe por completo.

LOS SIGNOS DE UN COLAPSO INMINENTE ESTÁN POR TODAS PARTES.

Fue evidente el verano pasado cuando miles de cubanos salieron a las calles para manifestarse contra la tiranía y la mala gestión del gobierno, las primeras protestas masivas en décadas.  Fue innegable en mayo, cuando una explosión en el Hotel Saratoga de La Habana dejó muchos muertos; en agosto, en el momento que un incendio en una termoeléctrica en Matanzas ardió sin control durante varios días; y en septiembre, el huracán Ian destruyó toda la red eléctrica de la isla.

Los daños del huracán fueron tan extensos que obligaron al régimen comunista a hacer algo que nunca antes había hecho: pedir ayuda a los Estados Unidos.

Cada uno de estos episodios puso de relieve la infraestructura en ruinas del país y la incapacidad del gobierno para proporcionar inclusive los servicios básicos para su gente. Incluso antes del incendio, algunos expertos habían estado prediciendo el inminente "colapso total" de la red energética de Cuba.

Y a pesar de la brutal represión del gobierno tras las protestas del año pasado, cada vez más cubanos se esfuerzan para expresar su indignación. Después del corte de energía durante el huracán Ian, varios cientos de personas salieron a las calles a protestar , golpeando ollas y sartenes y gritando "¡Queremos luz!" "¡Libertad!" y consignas contra el gobierno y el sistema.

LA GENTE PROTESTA POR LA FALTA DE ENERGÍA DESPUÉS DEL HURACÁN IAN EN LA HABANA, CUBA, EL 1 DE SEPTIEMBRE DE 2022.

Las manifestaciones llevaron al gobierno a cerrar el internet de la isla para detener la difusión de información sobre las protestas.

La economía cubana se ha arruinado por la mala gestión, la inflación y la desaceleración del turismo debido a la pandemia de la COVID-19. El gobierno ya no puede atraer inversiones externas. Y casi todos los sectores económicos han experimentado pérdidas en los últimos años.

Las cosas se han puesto tan mal que, aunque Cuba históricamente ha sido el líder mundial en la producción de azúcar, ahora debe importar azúcar solo para satisfacer la demanda interna. Incluso el tan cacareado sistema de salud de Cuba se ha visto afectado. La inutilidad del sistema quedó expuesta durante la pandemia, que produjo una de las tasas de muertes per cápita más altas del mundo. La pandemia, en palabras de The Economist , "ha dañado la reputación de la atención médica cubana", dejando "el otrora famoso sistema de salud del país... hecho jirones".

Quizás la evidencia más llamativa de la debilidad del régimen se ve en el número récord de personas que huyen de la isla. En el año fiscal hasta finales de agosto, unos 200.000 inmigrantes cubanos fueron detenidos por funcionarios estadounidenses después de cruzar la frontera sur de los EE. UU., un aumento de más del 400 por ciento desde 2021. Eso significa que casi el 2 por ciento de toda la población de Cuba ha huido en el último año.

Muchos de los que se quedan sobreviven con las remesas enviadas por familiares y amigos que viven en el extranjero. Hacen colas de horas para obtener incluso los alimentos y medicamentos más básicos. Los cortes de energía siguen siendo comunes y el descontento se agita en el aire.

El gobierno cubano ya no tiene la mente ni el corazón del pueblo. La expansión de Internet, aunque esté fuertemente regulada, significa que el gobierno ya no tiene el monopolio de la información.

Entonces, cuando se producen protestas, toda la isla puede enterarse rápidamente de ellas y participar. Así se difundió la noticia de las protestas de julio pasado (11J). No fue casualidad que quienes transmitieron las protestas en plataformas de video en línea recibieron las más duras sentencias de prisión.

El último signo de debilidad se ve en la propia dirección comunista. Fidel Castro fue una figura demagógica y de culto para algunos que supo canalizar a su favor el enfado público. Incluso su hermano Raúl Castro pudo inspirarse en la mística de su apellido. Pero Fidel murió hace seis años y Raúl renunció a presidir el país en 2018. Su nombre tiene una influencia cada vez menor sobre las generaciones más jóvenes de cubanos.

Los jóvenes cubanos de hoy no aspiran a ingresar en el Partido Comunista, cuyos dirigentes, incluido el designado mandatario Miguel Díaz-Canel, no infunden el mismo temor que sus antecesores. Los cubanos de hoy tienen menos miedo de criticar o burlarse del régimen, en las protestas callejeras o en las redes sociales. La fuerza ideológica del régimen se ha derrumbado junto con la infraestructura y las finanzas del país. Pero no esperes que cambie. La reforma es anatema para el comunismo. La única reforma real tendrá lugar cuando el colapso sea completo y Cuba renazca en una democracia verdaderamente libre.

El Dr. Oscar Elias Biscet es un líder de derechos humanos, ex preso de conciencia durante 12 años y ganador de la Medalla Presidencial de la Libertad. Vive en  La Habana, Cuba, y puede ser contactado a través de su teléfono 011-537-699-1774. y de su sitio web: www.OscarBiscet.com.

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