Dr. Oscar Elías Biscet

Presidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos

Presidente del Proyecto Emilia

Medalla Presidencial de la Libertad

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Para que el mundo supiera de las palabras de esperanzas y gratitud por su apoyo solidario a su pueblo, escribieron la frase en el edificio más grande de la ciudad. Palabras que llevan un profundo significado de libertad, que interrelacionan a ambos pueblos y gobiernos. Por eso exponían con su iluminación de luces azules y blancas, en inglés, Taiwan loves to America.  

Taiwán ama a América se exponía en el edificio de Taipéi 101, también conocido como Taipei Financial Centre.  Que fue el edificio más grande del mundo con 508 metro de altura, desde 2003-2009.  Este superó a las Torres Petronas (451 m), en Kuala Lumpur, en Malasia y fue superado por el Burj Khalifa, 828m, en Dubái, Emiratos Árabes Unidos. Actualmente, el Taipéi 101 es el más alto de la ciudad y el undécimo rascacielos más alto del mundo.

Taiwán es el nombre de la isla y del país es República de China. Una poderosa democracia con magnifico desarrollo económico e industrial, lo que se denominó el milagro de Taiwán y es uno de los tigres de Asia, ocupa el lugar 21 de las más grandes economías del mundo. Su extensión territorial es de 35 808 km2 y 23 451 837 de personas, su capital es Taipéi. Este archipiélago taiwanés es mucho más pequeño que el de Cuba, un poco menor en tamaño al de la antigua provincia oriental cubana (36 689 km2). Los taiwaneses a pesar del bloqueo de China y las amenazas reales de invasión y ocupación de su patria se convirtieron en una de las potencias económicas en el mundo.

La Presidenta de Taiwán es Tsai Ing-wen, 2016-2020, fue reelegida, lidera a un Estado independiente, reconocido por 14 países, entre ellos el Vaticano. Se ha visto lesionada su soberanía por la prepotencia e injerencia de China comunista (PCCH) que la considera parte de su territorio, o provincia rebelde, que tiene planeado recuperar, aunque sea a la fuerza. Muchos países se doblegaron a los intereses de China del PCCH, a través de la aprobación de la política de Una sola China y dos sistemas, desconocieron arbitrariamente la independencia de la Republica China (Taiwán). 

La política de Una China y dos sistemas fracasó pues la misma China comunista destruyó esos acuerdos internacionales (Reino Unido y Portugal) y nacionales, en su Constitución, con la destrucción de las autonomías de Hong Kong y Macao.

Si el Partido Comunista de China sigue con su política estalinista, en su versión casera del maoísmo, a través de Xi Jinping y estos no están dispuestos retrotraer la Ley de Seguridad Nacional para Hong Kong y devolver la autonomía y libertad a las regiones especiales autónomas de Hong Kong y Macao. Entonces habría que revertir y volver a la legitimidad del reconocimiento de Taiwán como la República China y su constitución como la legitima representación de las dos Chinas, o incluso si la gravedad se agudiza -guerra- reconocer su independencia. El reconocimiento diplomático oficial fue suspendido arbitraria e inconstitucionalmente por presidente Jimmy Carter en 1979.

Posiblemente, el viaje de la presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, a Taiwán esté relacionado con su legado político después de su futura jubilación; quizás en este año de elecciones los republicanos ganen la Cámara y su liderato. Aunque Pelosi tiene una fuerte comunidad de electores de origen chino que aplauden su actitud. Desde el punto de vista político y estratégico era imprescindible esta visita para los EEUU, sus relaciones con Taiwán y la zona Indo Pacífico, en mira de impedir una intervención militar por China comunista.

No obstante, Nancy Pelosi tiene una profunda interrelación con poderosos personajes de la política y las grandes empresas promotores de la Agenda 2030 y esta visita pudiera estar enfocada esa visión ideológica para poner freno a PCCH y a Xi que socaban ese ideario y de impedirles la nueva restructuración mundial bajo la expansión de la autocracia en el mundo.

La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen y Nancy Pelosi se reunieron y tuvieron un dialogo armónico en defensa de la libertad y los derechos humanos y la solidaridad del pueblo estadounidense. Una alta figura política estadounidense no visitaba la Isla de hace 25 años (1997) y fue el presidente de la Cámara de Representes, Newt Gigring, y por la rama ejecutiva, el secretario de Servicio de Salud y Humano, Alex Azar, bajo la Ley de Viajes a Taiwán, de 2018, que describe a Taiwán como un faro de democracia.

Pelosis, sobre la importancia de la visita a la China libre, expresó que “Frente a la agresión acelerada del Partido Comunista de China (PCCH), la visita sobre nuestra delegación del Congreso debe verse como una declaración inequívoca de que Estados Unidos apoya a Taiwán, nuestro socio democrático, mientras se defiende así mismo y a su libertad”.

La presidenta Tsai dijo: “Enfrentando amenazas militares deliberadamente intensificadas, Taiwán no retrocederá. Defenderemos firmemente la soberanía de nuestra nación y continuaremos manteniendo la línea de defensa de la democracia”.

El régimen del PCCH, dirigido por Xi Jinping, uso la visita de la alta funcionaria estadounidense para su planificada retórica injerencista y aumentar su actividad militar sobre Taiwán para cambiar el statu quo en la región Indo Pacífico.

El uso del lenguaje violento y belicoso por régimen comunista chino de anunciar el derribo del avión donde viaja la líder de la Cámara, Pelosi, no se cumplió. Afortunadamente no asesinaron a la parlamentaria estadounidense, pero bloquearon con barcos y aviones a la isla taiwanesa y lanzaron misiles activos al mar de la zona de defensa taiwanesa. Una posición guerrera nunca antes presente en la historia contemporánea simplemente por una visita de un país soberano y en cumplimiento de los tratados estipulados y, sobre todo, el Acta de Relaciones con Taiwán de 1979. 

El régimen de Rusia putinista hizo una declaración de apoyo a las acciones hostiles de Pekín. Algunos refieren que fue en solidaridad por este no haber condenado la invasión rusa a Ucrania. Sin embargo, ambos regímenes de Putin y Xi son de la misma naturaleza imperial dictatorial y han tenido conciliábulos para la implementación de una autocracia universal que se contraponga y sustituya la democracia representativa con el liderazgo de los EEUU. 

Después de las declaraciones de Rusia, salieron todos sus satélites con la misma retórica de soporte a China comunista, algunos son Cuba, Venezuela y Nicaragua. Se ha comentado públicamente, que el apoyo de estos países tiránicos a los regímenes de Putin y China Xi no solo será en teoría sino en el terreno bélico si empezará una nueva contienda mundial. 

El Dr. Oscar Elias Biscet es un líder de derechos humanos, ex preso de conciencia durante 12 años y ganador de la Medalla Presidencial de la Libertad. Vive en  La Habana, Cuba, y puede ser contactado a través de su teléfono 011-537-699-1774. y de su sitio web: www.OscarBiscet.com.

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