Dr. Fernando Domínguez

 

El pantano político-gubernamental comenzó hace casi 100 años, con fdr, que llegó a la casa blanca en 1932 por la pésima manera en que se manejó las finanzas del país y que condujo a la crisis bancaria de 1929, de la mano republicana.

Los aspirantes al poder eterno concluyeron que hacer lo contrario era lo correcto. Y llenaron al país de modificaciones a los sistemas, reglas, gasto público y emisión monetaria, descubriendo el inmenso poder que se esconde detrás de manejar las finanzas de los necesitados.

El keynesianismo entró por la puerta grande y se ha mantenido destruyendo el valor de las diferentes monedas hasta hoy.

El tener que preparar el país para enfrentar al nazismo y al militarismo japonés, el mantener todo en orden demandaba el surgimiento y la manutención de esos burócratas administradores, por encima de partido alguno.  Y les abrió los ojos de lo agradecidos que son los mandamases de las corporaciones cuando reciben jugosos contratos…

Mantener el liderazgo norteamericano en el mundo era una bonita fachada para consolidar ese espeso caldo de cultivo, perfecto para la impunidad y el anonimato.  Fueron las bases de lo que Dwight E Eisenhower   llamó “el complejo militar-industrial” en los años 50, para retratar el crecimiento, la instalación de esa maquinaria en el poder real, detrás de bastidores.

Junto a ese fenómeno ocurrió otro: la instalación en la Universidad de Columbia y su posterior contaminación al resto de la élite del grupo de Frankfurt, el núcleo de intelectuales marxistas que reinventó la lucha de clases como lucha cultural a todo tambor y que hoy vemos, anonadados, creando víctimas, victimarios, sexos, géneros, censura de ideas, y destruyendo la familia, la religión, la decencia, y un largo etcétera, cuyo conjunto constituye las columnas de nuestra civilización.

Donald Trump fue, desde el primer día, el objetivo a destruir de toda esa mafia empoderada que se mantiene aglutinada por la complicidad, la corrupción, el hoy por ti y mañana por mí y sobretodo, porque NO ERA, NO ES Y NO SERÁ nunca uno de ellos. Su perfil es de enemigo porque se basa en lo contrario. Su fortuna viene de los negocios verdaderos, su amor por la nación viene de su cuna y su despiadada forma de tratar con sus enemigos, de la vida diaria de los negocios a rajatabla.

Supieron, al instante, que la amenaza a su poder había llegado y que, de no destruirlo, él acabaría con ellos, por la esencia verdaderamente popular de su mensaje, coincidente con los verdaderos intereses mayoritarios. De ahí que no puedan excluir lo inimaginable para evitar que pueda GANAR, porque de ganar, millones de almas se unirán para volver de veras a hacer América Grande otra vez, usando correctamente esos ENORMES RECURSOS que se roban, dilapidan y malgastan, en bien del pueblo norteamericano y para engrandecer a la nación sobre las bases de su origen y desarrollo iniciales.

Esa mafia ya ha mostrado su inmenso poder y la impunidad en utilizarlo. Baste solo con averiguar por qué no sabemos a ciencia cierta quién fue y cómo ocurrió el asesinato a JFK, y cómo su familia entera fue excluida del poder. La más aparentemente poderosa de su tiempo, y en el pináculo de ese poder aparente.

Es obvio que una gran parte de los políticos en ejercicio pertenece a ese club, con o sin planilla de ingreso. Aborrecer a Trump no ha sido, no es y no será exclusivamente por parte de los demócratas. Basta con solo recordar dónde están los que perdieron con Trump en las primarias de 2016. Y volverán a suceder cosas similares. Cualquier cosa, menos arriesgar que el rubio alto del zapato negro llegue a dónde los puede, si no acabar, al menos lastimar seriamente…

La estructura de poder “democrático” ha engendrado fenómenos similares en todo el mundo occidental y es responsable, por detrás de la fachada, de las políticas de muchos otros países.

La Agenda 2030 y el esclavismo científico que pretenden implantar es una fotografía de lo que desean: poder absoluto. La utilización de la Inteligencia Artificial en contra de todo el mundo, aparentando lo contrario. Como siempre. Fíjense en lo que hacen y no en lo que dicen.

Y al igual que en el nuestro, vemos una creciente ola de concientización popular que amenaza a esos poderes que también han prohijado la creación y desarrollo de las mismas políticas destructoras de la civilización en países de Europa, América Latina y otros.

NO ES COINCIDENCIA.

El péndulo llegó al extremo de su recorrido anterior y comienza un nuevo período de avance en sentido contrario. A nuestro favor. Y hay que aprovecharlo!