Dr. Fernando Domínguez

 

Vivimos tiempos sorprendentes. Tiempos en los que un Presidente norteamericano desfachatadamente miente en su momento más esencial, en el discurso de definición de cómo está la unión en el Congreso, frente a todos los representantes y senadores, la Corte Suprema y a la población, viéndole en TV y/o escuchándole en la radio. La esencia de su papel: explicarle a sus ciudadanos qué está bien, qué está mal y las perspectivas y cursos de acción a tomar. Y lo hace sin siquiera mostrar un átomo de sonrojo. Porque si alguien sabe que está mintiendo es él mismo…

Vivimos tiempos en los que un grupo de magnates se han reunido y elaborado un descarado plan de esclavizar a los ciudadanos del planeta para una fecha determinada. Y las Naciones Unidas, la Comunidad Europea y los principales gobiernos del mundo, los apoyan. Un plan que incluye desaparecer a casi la mitad de la población del mundo, crear una infraestructura productiva basada en la inteligencia artificial que eliminará el trabajo humano, modificar sustancialmente la alimentación para basarla en comida artificial y otra lista de cosas increíbles, incluyendo la desaparición paulatina de la producción de alimentos, la agricultura, la ganadería, y la industria alimenticia tradicional. Y aparentemente hay una especie de aceptación tácita. Una mayoría silenciosa camina tranquila rumbo al matadero…

Vivimos tiempos en que las tiranías comunistas son reconocidas como interlocutores válidos, y el viejo truco de encarcelar a muchos sin ninguna base es convertido por arte de magia en una acción legítima y loable, al excarcelarles con una condena adicional casi peor que el encarcelamiento original: el destierro permanente y la prohibición de participar en los asuntos de su país. Y los países supuestamente civilizados y portadores de la antorcha de la libertad se sienten felices de recibir a los desterrados y encomian las acciones…

Vivimos tiempos en que las tiranías comunistas y sus similares presentan su estrepitoso fracaso, su empobrecimiento sistemático de sus naciones, su comportamiento Mafioso de apoderarse del país y aplastar, encarcelar, y desterrar a quienes desean la libertad, como una bendición de continuidad y cada perla del collar del fracaso de años, como supuestos logros que llenan de felicidad a un pueblo esquilmado, empobrecido, hambreado, reprimido y en escapatoria abierta, que día a día arriesga su vida y sus esperanzas en rutas de escape de todo tipo, es presentado como feliz y agradecido de esos “avances”…

Vivimos tiempos en que la fe es traicionada por los llamados a mantenerla, que se hacen cómplices y abanderados de la traición a esa fe por asociación descarada con los enemigos de la fe, la tradición, los valores familiares y la dignidad…

Como contrapartida, estos tiempos han generado una Resistencia a esos fenómenos que se refleja en un rechazo absoluto, mayoritario, expreso y creciente a las mentiras oficiales, a los retrocesos económicos, políticos y sociales en la nación norteamericana, a la introducción del racismo como política y a la eliminación de las libertades.

Se genera un creciente despertar contra los intentos esclavizadores de los oligarcas de Davos.

Surgen líderes que quieren recuperar la racionalidad, la sagrada autodeterminación, los principios y valores atesorados por cientos de años y esos líderes son apoyados crecientemente por los pueblos hasta ahora adoctrinados en lo contrario. En Europa la Primer Ministro italiana y el Presidente húngaro conforman esa punta de lanza y movimientos como Vox en España, crecen pese al adoctrinamiento y la complicidad oficial.

El cambio que se gesta en la primera potencia del mundo enfrentándose a la destrucción actual es clave para que el péndulo regrese al lado contrario. No solo es menester estar atento y alerta, sino participar activamente para salvar nuestra civilización. Así de complicados son los tiempos que vivimos…