Mamela Fiallo Flor
PANAM POST
El viaje de Elon Musk a Brasil a pocos meses de las elecciones presidenciales puede percibirse de cierta manera como un espaldarazo al presidente Jair Bolsonaro, con quien comparte una férrea defensa de la libertad de expresión.
El hombre más rico del mundo viajó a Brasil para crear proyectos de cooperación para escuelas en zonas rurales y tecnología satelital, entre otras iniciativas. Elon Musk llegó al gigante sudamericano en pleno año electoral, lo que de cierta manera se percibe como un espaldarazo al presidente Jair Bolsonaro, puesto que ambos comparte una férrea defensa de la libertad de expresión.
Mientras el principal rival político del mandatario brasileño, el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, en más de nueve ocasiones ha asomado un plan para censurar a la prensa mediante regulaciones estatales si logra tomar nuevamente el poder, Bolsonaro envía un mensaje en la dirección opuesta al llevar al país a uno de los mayores defensores de la libertad de expresión en el mundo.
El propio Jair Bolsonaro fue perjudicado en cuanto Twitter calificó como «noticias falsas» publicaciones suyas relacionadas con el coronavirus. Tanto Trump como Bolsonaro aseguraron haberse curado de COVID-19 con un tratamiento de hidroxicloroquina. No obstante, fueron señalados de estar difundiendo información falsa. Sin embargo, meses después, un estudio llevado a cabo en el Saint Barnabas Medical Center, de Nueva Jersey, determinó que el uso de hidroxicloroquina podía aumentar en más del doble la supervivencia en casos de pacientes entubados.
Además de las posturas antagónicas en cuanto a la libertad de expresión, el contraste es marcado también en lo económico. Lula ofrece restaurar el proyecto socialista mediante el cual enriqueció a los jerarcas que empobrecieron a Cuba y Venezuela con el dinero de los impuestos de los brasileños. En cambio Bolsonaro logró, mediante la libertad de comerciar, que Brasil se convirtiera en el primer país de la región que volvió a niveles económicos prepandémicos.
No obstante, las críticas no tardaron en llegar. Tras darle la espalda a la izquierda política y anunciar que abandonaría el Partido Demócrata para votar por el Partido Republicano, Elon Musk ha sido duramente criticado desde distintos sectores, incluyendo el tecnológico.
La plataforma digital Gizmodo acusó a Musk de «completar su transición a súper villano» por reunirse con Bolsonaro.
Ante esto el consejero internacional de Jair Bolsonaro, Filipe G. Martins, replicó:
«Entonces, ¿reunirse con un funcionario electo democráticamente para promover la inclusión digital de miles de niños y ayudar a mejorar la protección ambiental de la Amazonía lo convierte a uno en un villano? ¿Qué otros crímenes atroces cometió @elonmusk? ¿Llegó tan lejos como para defender la libertad de expresión?».
A su vez, el diputado más votado de la historia de Brasil, Eduardo Bolsonaro, destacó que en un evento coordinado por el ministro de Comunicaciones, Fabio Faria, su padre habló sobre los proyectos en marcha junto con Elon Musk. Esto incluye brindar acceso a Internet para los habitantes de la selva amazónica y consigo mayores posibilidades para desarrollarse. De esta manera asegura que se puede compaginar la tecnología con los beneficios sociales y a su vez la conservación del medio ambiente.
Por su parte, Musk anunció que lanzará un sistema de satélites de su marca Starlink en 19000 escuelas que hasta ahora no contaban con conectividad en áreas rurales. A la vez, aseguró que esta tecnología también ayudará al monitoreo ambiental de la Amazonía.
Contrario al relato oficial propagado por los medios masivos que retrataron a Bolsonaro como el destructor de la Amazonia, esta cooperación demuestra su compromiso con la protección ambiental.
Fue en buena medida para evitar un tratado de libre comercio entre Brasil y Europa, que comprometería a los agricultores europeos, en particular franceses, que Emmanuel Macron lideró una campaña de desprestigio contra Bolsonaro que contó con voceros hasta de Hollywood con gritos ambientalistas.
Sin embargo, la evidencia muestra lo contrario. De acuerdo con el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales, INPE, los incendios forestales llegaron a una cifra históricamente baja con Bolsonaro en el poder.
En 2019, primer año de gobierno de Bolsonaro, se logró una disminución histórica en incendios forestales durante el mes de septiembre, uno de los más críticos, con 19925 casos. En contraste, durante la gestión de Lula se alcanzaron picos históricos en 2004 (con 71522 casos), en 2005 (68560) y 2007 (73141), según cifras del Ministerio de Ambiente de Brasil, divulgadas por la Cancillería.
No obstante, la revista Time puso a Lula da Silva en su portada, a propósito de una entrevista en la que se desbordó en halagos. Por el otro lado, se negó a darle ese espacio a Bolsonaro, pese a haber sido el ganador del voto popular como persona del año 2021. Paralelamente, la ONU puso a cargo de una comisión ambiental a quien fue secretaria en temas ambientales de Lula da Silva, Marina Silva, a pesar de su fracaso en prevención de incendios.
De manera que los logros de Bolsonaro se han manifestado con cifras. La evidencia muestra sus beneficios en materia de la libertad de expresión, prosperidad económica y protección ambiental. Pero se enfrenta a los grandes medios y a las élites de la industria de la farándula y Hollywood.
Ahora cuenta con un nuevo aliado, Elon Musk, quien le ayudará al presidente Bolsonaro a brindar mayor conectividad en su país a las poblaciones que más lo requieren y a la vez permite a los brasileños apreciar los logros de su gestión a menos de cinco meses para las elecciones.
https://panampost.com/mamela-fiallo/2022/05/21/elon-musk-y-bolsonaro-libetad-de-expresion/