Héctor Julio Cedeño Negrin

Periodista Libre de Cuba

 

La política del Partido Demócrata, específicamente la de Barack Obama contribuyó, torpemente al desmembramiento y la dispersión de la Sociedad Civil Independiente y de la oposición cubana. Ese fue el gran legado y un magnífico favor que le prestó el ex- Presidente a Raúl Castro.

Esa política la inició Obama a pesar de la advertencia que le hicimos los opositores cubanos, de que un acercamiento con la dictadura, solo provocaría el incremento desproporcionado de la represión contra la población y una explosión migratoria, sin precedentes.

Ha sido profética aquella visión, hecha por los opositores cubanos, luego de las elecciones de medio término, en noviembre de 2014. A pesar de la aplastante derrota sufrida por el Partido Democrático estadounidense.

El Presidente Obama reconoció a la dictadura castrista, como a un gobierno elegido legítimamente, ese fue el más grave error del mandatario. Lo que ocurrió después, es lo más parecido al desenlace que pronosticamos.

Obama marginó por completo, a la oposición democrática cubana e intentó hacerse amiguito de Raúl Castro, una meta que jamás consiguió y que sin dudas no le prestigio, para nada y que incluso, contribuyó a la derrota de Hilary Clinton en el 2016.

No visitó Obama a Fidel Castro en su visita a la Habana, porque se sabía observado escrupulosamente, ese sería el mayor escándalo y el beneplácito de sus detractores. Pero se que no le faltaron ganas, aunque aparentó indiferencia hacia el sátrapa jubilado.

Yo sabía de la simpatía del Presidente Obama, por la revolución de Fidel Castro o por lo menos lo intuía, porque esa fue la utopía de los soñadores de su época, aquellos supuestos tercermundistas. No olvidemos que el ex-Presidente nació en Hawai y se crió en Indonesia.

Una parte de los hawaianos se consideran colonizados por los Estados Unidos e incluso, pugnan por la independencia del archipiélago. Indonesia ha sido hasta no hace mucho, un país del tercer mundo en donde se considera a Fidel Castro, como el libertador de los pobres.

La propaganda comunista es bastante efectiva, ellos son los verdaderos creadores de las "fake news", si no lo creen lean a Vladimir Ilich. Sin dudas, esas falsas ideas influyeron en el Presidente Obama, que creció adormecido, con la utopía socialista y se creyó aquel cuento de la “justicia social” "instituida en Cuba", por Fidel Castro.

Veníamos de una política republicana, muy clara y efectiva, en donde el Presidente George W. Bush, había otorgado a los propios cubanos, la elaboración de la política norteamericana hacia Cuba.

Sin lugar a dudas aquella política, hizo morder el polvo al tirano. En el gobierno de George Bush la Sociedad Civil Independiente, recibía un apoyo indiscutido del gobierno norteamericano, que no escatimaba en defender moralmente a los opositores cubanos en todos los foros internacionales.

Los espacios del estado les eran vedados, pero la embajada estadounidense, siempre nos recibió con simpatía y nos abrió sus puertas, donde realizamos diversas actividades culturales y de todo tipo y donde se alentaba a otras legaciones para que nos brindaran el mismo apoyo.

Pero el gobierno demócrata intentó nuevos métodos, aduciendo que la política de fuerza no había rendido, el efecto deseado y no era adecuado continuar por ese camino. Que era preciso utilizar una nueva estrategia y un nuevo enfoque.

Nada más errado, hoy la política del embargo tiene a la dictadura comunista al borde del colapso, pero también hoy, la política del gobierno demócrata con Josef Biden a la cabeza, vuelve a ser errática. El sigue influenciado con aquellas ideas ficticias de Barack Obama.

Hoy regresa Rusia a la palestra política cubana, por la especial insistencia de los tiranos de turno en Cuba. Intentando meterse por los ojos de los rusos, aunque aquellos tiempos del florecimiento de las relaciones con la Unión Soviética y el campo socialista, ya pasaron y nunca segundas partes fueron buenas.

Los rusos están empeñados en una guerra, que los hará fracasar y los desgastara sobre manera, lanzándolos a la más profunda pobreza. Es una falsedad que Rusia pueda ayudar económicamente al gobierno cubano y que las inversiones que se proponen puedan llevarse a cabo.

Recuerdo en los años setenta y ochenta, cuando trabajé algún tiempo en la “Base de Reparaciones Generales” de la Marina de Guerra, situada en Casa Blanca, en donde era un simple pintor de equipos y motores reparados allí.

Que desde mi taller de pintura, podía contar cotidianamente más de trescientos barcos, anclados en la rada Habanera. La mayoría de aquellos barcos, que podía ver desde mi locación, de donde no se veían todos, eran de la Unión Soviética o del resto de los países socialistas europeos, en más de un ochenta por ciento.

Quien dice que los rusos pueden volver a tener aquel volumen de comercio con Cuba, que en aquella época superó los ocho mil millones de dólares. Quien cree que aquello, pueda ser posible. Esas supuestas inversiones rusas son una gran mentira para entretener a los "ilusos cubanos" y proporcionarles una falsa esperanza.

Ahora. Cuál será la respuesta del gobierno estadounidense a ese nuevo escenario? ¿Qué hará el Presidente Biden en estas circunstancias? No he escuchado nada al respecto de parte del gobierno norteamericano.

Mientras tanto la oposición dentro de la isla, se debate en difíciles circunstancias y sin ninguna ayuda del gobierno demócrata, mientras los rusos han ofrecido asistencia a la dictadura para neutralizar a la oposición interna y para luchar supuestamente contra una "revolución de colores".

Llegaremos a la situación de Siria, donde Obama se negó a intervenir hasta que desembarcaron los rusos?

Como dice Sánchez Grass en su show de América TV, "amanece