Por Ian Vasquez

Libertad Digital

 

La semana pasada, a seis meses de llegar al poder, el presidente argentino Javier Milei gozó de su primera victoria legislativa cuando el Senado aprobó su Ley Bases, un conjunto de reformas económicas.

Coincidió con una gran conferencia internacional en Buenos Aires, "El renacer de la libertad en Argentina y el mundo", organizada por el Cato Institute y la fundación argentina Libertad y Progreso, que reunió al presidente Milei, miembros de su gabinete y los más destacados liberales argentinos y del extranjero.

¿Qué tanto ha logrado Milei para realizar su propuesto cambio de paradigma para revivir la tradición liberal que hizo de Argentina uno de los países más ricos del mundo hace un siglo? Hasta ahora, el gobierno se ha enfocado en lo económico.

No pudo ser de otra manera, pues en el Índice de Libertad Humana Argentina se encuentra en la posición 158 de 165 países respecto de la libertad económica, mientras que mantiene niveles relativamente altos de libertad personal. En el encuentro liberal, el asesor económico del presidente, Federico Sturzenegger, se apoyó en esa data para mostrar cómo su país es uno de los más cerrados y regulados del mundo. Además, Argentina se encuentra entre los cinco países con la peor política monetaria del mundo.

Por eso, el gobierno ha optado por la liberalización y la estabilización económica como prioridades. En diciembre, emitió un decreto que desreguló numerosos sectores. Según el gobierno, la aprobación de la Ley Bases es "el primer paso hacia la recuperación de nuestra grandeza, habiendo aprobado la reforma legislativa más ambiciosa de los últimos 40 años".

Ojalá sea así. La verdad es que la tarea de convertir Argentina en el país más libre del mundo, tal y como declaró Milei como meta en la conferencia de liberales, es titánica. El reto es así más que nada porque el gobierno es minoría en el Congreso y se enfrenta a intereses poderosos creados por el estado corporativista de los peronistas, un sistema que ha perdurado durante los últimos 80 años. Por eso, de los más de 660 artículos que tenía la Ley Bases en su versión original, se tuvo que reducir a 232 artículos para ser aprobada. Aun así, el hecho de que haya sido aprobada en el Senado es una señal positiva de la capacidad del gobierno para promover su agenda.

En pocos meses, el gobierno también ha convertido un déficit fiscal en un superávit y ha reducido la inflación mensual a poco más del 4% (era del 25,5% en diciembre). Pero, ¿será sostenible esta estrategia? Para tener éxito, Argentina necesita profundizar y ampliar las reformas a otras áreas. La apuesta del gobierno es que la estabilización macroeconómica le dará apoyo político para poder promover una agenda más amplia.

Los economistas Emilio Ocampo y Lawrence White, sin embargo, expusieron a favor de la alternativa propuesta por Milei al inicio de su campaña: la dolarización. Basándose en la evidencia empírica de los países que han dolarizado su economía, ambos despacharon razones por las que supuestamente no se puede dolarizar o abrir la economía de una vez. Por ejemplo, la experiencia nos dice que no es verdad que no hay suficientes dólares o que tiene que haber un balance fiscal primero. Según los expertos, todavía es buena idea eliminar el banco central y dolarizar, y es mejor hacerlo más temprano que tarde.

Otros expositores como el Premio Nobel James Heckman, el reformista chileno José Piñera y el economista Douglas Irwin enfatizaron la importancia del capital humano, de las reformas amplias y coherentes, y de la apertura económica para el éxito de cualquier país.

Todos reconocimos que una Argentina libre y exitosa podría dar el ejemplo al resto del mundo en momentos en los que tantos países están tomando rumbos preocupantes en la dirección contraria.

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