Por Bassam Tawil

Gatestone Institute

 

Los estudiantes antiisraelíes de muchos campus universitarios de Estados Unidos, Canadá, Australia y Europa suelen corear el lema «Desde el río hasta el mar, Palestina será libre». Este lema, que básicamente significa que Israel no tiene derecho a existir en el territorio comprendido entre el río Jordán y el mar Mediterráneo –en otras palabras, en el territorio sobre el que de hecho se asienta–, ha sido sancionado durante mucho tiempo por grupos islamistas que piden abiertamente la eliminación de Israel.

El mismo llamamiento se ha proferido en:

    Una reunión reciente del Consejo de Estudiantes de la Universidad de Sydney, en la que a estudiantes judíos se les impidió hablar o desplegar banderas israelíes con motivo del Día de la Independencia de Israel.

    Una concentración celebrada el 8 de abril bajo el lema «Las manos [israelíes], fuera de la mezquita de Al Aqsa», convocada por varias organizaciones propalestinas de Nueva York. Los oradores elogiaron a la «resistencia» palestina y a sus «mártires», y corearon el referido cántico.

    En un acto organizado a principios de año por grupos judíos en el University College de Londres, decenas de activistas antiisraelíes corearon lo de «Palestina libre desde el río hasta el mar». «Deberíamos pedir a los ejércitos árabes y musulmanes que liberen Palestina», afirmó explícitamente un orador.

A finales del año pasado, la comunidad judía de la Northwestern University de Chicago se escandalizó al ver que unas copias impresas de un artículo de opinión sobre el orgullo judío se convirtieron en un gran cartel con el citado «Desde el río hasta el mar, Palestina será libre».

Es imposible imaginar que los activistas antiisraelíes no tengan idea de que este lema es un llamamiento frecuente a las armas de quienes quieren destruir a Israel.

El eslogan refleja los deseos de Irán y sus peones terroristas –especialmente Hamás, la Yihad Islámica Palestina (YIP) y Hezbolá– de sustituir a Israel por el 57º Estado islámico, desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo.

Dirigentes y funcionarios iraníes han repetido a menudo que su objetivo es «borrar a Israel del mapa». Recientemente, el Ministerio de Asuntos Exteriores iraní se hizo eco de ese llamamiento al declarar que Jerusalén es «la capital eterna de Palestina, desde el río hasta el mar».

En vísperas de su reciente visita a Siria, el presidente iraní, Ebrahim Raisi, repitió el deseo de su régimen de ver a Israel eliminado [de la faz de la Tierra].

Hamás, el grupo terrorista respaldado por Irán que controla la Franja de Gaza, nunca ha perdido la oportunidad de transmitir el mismo mensaje. Por ejemplo, en diciembre de 2022, en el 35º aniversario de su fundación. Un mapa que acompañaba al eslogan de marras representaba toda la tierra desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo. Sin Israel.

A principios de este año, Ismaíl Haniyeh, líder de Hamás, volvió a repetir el objetivo de su grupo de acabar con Israel:

    Toda Palestina, desde el río hasta el mar, y desde Ras al Naquora [en la frontera entre Israel y Líbano] hasta Umm al Rashrash [Eilat, la ciudad más meridional de Israel], es una sola tierra indivisible que no se puede vender ni negociar.

El portavoz de Hamás Husam Badran también afirmó el respaldo de su grupo a la eliminación de Israel: «La Palestina que conocemos va del río al mar, sin que falte ni un centímetro», clamó.

Al utilizar este lema, Irán y Hamás están diciendo, sin rodeos, que no hay lugar para un Estado judío en Oriente Próximo. También están diciendo que la tierra que se extiende desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo es de propiedad musulmana y no puede ser cedida a ningún no musulmán.

El artículo 11 de la Carta de Hamás no deja lugar a dudas; es directamente genocida:

    El Movimiento de la República Islámica [Hamás] cree que la tierra de Palestina es un Waqf islámico consagrado para las futuras generaciones musulmanas hasta el Día del Juicio Final. No se debe dilapidar, ni ella ni parte de ella; no se debe renunciar a ella. Ni un solo país árabe ni todos los países árabes, ningún rey o presidente, ni todos los reyes y presidentes, ninguna organización ni todas ellas, ya sean palestinas o árabes, poseen el derecho a hacerlo.

El artículo 13 de la Carta de Hamás defiende abiertamente el uso de la violencia para matar judíos y eliminar a Israel:

    No hay solución para la cuestión palestina si no es a través de la Yihad [guerra santa].

El artículo 15 afirma:

    La Yihad es el deber individual de todo musulmán (...) Es necesario inculcar el espíritu de la Yihad en el corazón de la nación para que haga frente a los enemigos y se una a las filas de los combatientes.

La Yihad Islámica Palestina, otro grupo terrorista respaldado por Irán con sede en Gaza, también insiste en que toda la tierra desde el Jordán hasta el Mediterráneo debe caer bajo el dominio islámico. Al igual que Hamás, la YIP ha participado en innumerables ataques terroristas contra Israel y rechaza el derecho de Israel a existir.

Los activistas antiisraelíes que corean «Del río al mar, Palestina será libre» están –lo sepan o no– respaldando la ideología de los mulás de Irán, Hamás y otros grupos terroristas que llevan mucho tiempo trabajando por destruir Israel. Estos activistas, que a menudo se describen a sí mismos como «propalestinos», en realidad no se preocupan por los palestinos ni por «liberar Palestina». Si así fuera, reclamarían mejores oportunidades para los palestinos, un Gobierno palestino menos corrupto, la aplicación igualitaria del Estado de Derecho bajo el liderazgo palestino; los derechos de las mujeres y los niños palestinos, así como la libertad de expresión, reunión y prensa para todos los palestinos.

No son más que individuos que odian a Israel –en realidad, antisemitas– que se han alineado con extremistas y terroristas musulmanes.

Al corear «Del río al mar, Palestina será libre» en un campus universitario de Occidente o en un mitin en Nueva York, esos activistas están sirviendo de altavoz a terroristas musulmanes que a diario asesinan a sangre fría en escuelas, cafés y carreteras; por ejemplo, a una madre judía y sus dos hijas que se dirigían a celebrar una festividad judía. Hamás se ha jactado incluso de que sus hombres estuvieron detrás del asesinato de una familia británica, los Dees, en un ametrallamiento desde un vehículo en el valle del Jordán a principios de abril.

La próxima vez que alguien coree lo de «Desde el río hasta el mar» en Estados Unidos, Canadá o Europa, debería tomar nota de que está expresando su apoyo al régimen de Irán –que, según se informa, envenena a sus colegialas por centenares y ahorca a sus propios ciudadanos por delitos como «insultar a la religión»–, así como a los grupos terroristas vinculados con Irán: Hamás, la Yihad Islámica Palestina y Hezbolá.

https://es.gatestoneinstitute.org/19657/palestina-sera-libre