Héctor Julio Cedeño Negrín

 

Si en Cuba corriera, abundantemente la sangre, seguramente también correrá la sangre de los gobernantes cubanos o acaso piensan qué son inmortales. La constitución chilena, creada por Augusto Pinochet Ugarte, se impuso con las dos terceras partes de los votos a la constitución pro-comunista que pretendían imponer los radicales chilenos.

Los mismos, que incendiaron el país, en el año 2019 y que encarnaban el espíritu maligno de Fidel Castro y del derrocado, Salvador Allende. Ellos pretendían destruir a la sociedad chilena, como destruyó el sátrapa, la sociedad cubana.

La derrota no fue solo aplastante sino humillante. Pero los operadores anarquistas, no quieren aceptar el revés e insisten en convocar a una nueva constituyente para tratar de imponer una nueva constitución, supuestamente más progresista. Como si el comunismo no fuera el peor atraso para la sociedad chilena sino que nos lo pregunten a los cubanos, que andamos rondando por la prehistoria de la humanidad, en la época misma de los dinosaurios y gobernados por alguno de ellos.

El socialismo, como decía Herber Spencer en 1884, no sería más que; "La Futura Esclavitud" y en ello coincidió José Martí que realizó una formidable crítica de su libro publicado en esa época. La tesis sostenida por el filósofo ingles, ha sido confirmada y más que demostrada luego de fracasado el sistema, en los numerosos países que se ha aplicado, situados en todos los continentes. Donde es repudiado por la inmensa mayoría de la población.

Esa doctrina engañosa, inoperante y degradada, se ha convertido en siniestra, en un sin número de países. En Rusia, China, en Europa, en Asía, África y América Latina, donde se esclavizan y se asesinan hoy, millones de personas en su nombre.

Entre esos países se encuentran Cuba, Nicaragua y Venezuela. En Cuba, en nombre del socialismo, se ha fusilado, asesinado extrajudicialmente y encarcelado a miles de hombres y mujeres. Esta es la prueba más fehaciente de que el socialismo es la nueva esclavitud, enunciada así por el filosofo ingles, el mencionado Herber Spencer, con el que coincide, decididamente José Martí.

Los chilenos no se dejaron intimidar, por el chantaje de los destructores e incendiarios, que plagaron la nación hace tres años, financiados y reforzados por las huestes terroristas llegadas desde Cuba, Venezuela y otros territorios afines y que se infiltraron en las protestas populares que se desplegaron a lo largo y ancho del país austral.

Esos individuos llegados desde los territorios mencionados, causaron enormes destrozos en toda la nación chilena. Los tiranos que subyugan a esos pueblos, se dedican a contratar mercenarios, que luego despliegan por las naciones que pretenden incendiar. Eso hicieron también con el pueblo colombiano durante el gobierno de Ivan Duque, para potenciar el triunfo del ex guerrillero y narco comunista Gustavo Petro y lo han repetido una y otra vez en los territorios que pretende conquistar, la camorra comunista.

En Cuba, el administrador de la tiranía gobernante, considera indecentes a los que protestan, a lo largo de las empobrecidas calles de la nación, ese semi-analfabeto, que ahora nombran doctor en ciencias, cuando es un émulo de Nicolás “maburro”, acémilas de la misma recua. Los incapaces que rigen el destino de la nación cubana, seguirán confrontando dificultades. Porque ni siquiera tienen la valentía de abdicar, mucho menos tienen la hombría. Donde piensan llevar al pueblo cubano? Piensan hacer correr la sangre, a raudales.

Si en Cuba corriera, abundantemente la sangre, seguramente también correrá la sangre de los gobernantes cubanos o acaso piensan qué son inmortales. Es mejor que se vayan ahora y que no tienten al demonio, porque no es lo mismo llamar al diablo, que verlo llegar.

Es mejor que se larguen cuando todavía tienen tiempo, señor Diaz-Canel y sus congéneres, luego no les alcanzará y pueden quedar colgados de alguna de las ceibas del Parque de la Fraternidad Americana, un método utilizado muy utilizado, por Raúl Castro, en Santiago de Cuba, en los inicios de la dictadura, sería un espectáculo muy bonito, como los frutos de un árbol frondoso.

Por favor, no subestimen a los cubanos porque luego no tendrán tiempo de arrepentirse, recuerden a "Satán" Husein el tirano de los iraquíes, así fue su final.