Oriana Rivas
PANAMPOST
Los demócratas contrataron a veteranos en temas electorales y comunicacionales para presionar a los independientes que compiten por la Casa Blanca y pueden restarle votos a Biden. Uno de ellos es Jill Stein, quien también se postuló en 2016 y terminó perjudicando a Hillary Clinton. ¿Se repetirá la historia?
Dentro de las filas del Partido Demócrata no solo están preparando la campaña electoral del presidente Joe Biden para enfrentarse en noviembre al exmandatario republicano Donald Trump. El equipo de trabajo que busca la reelección del actual inquilino de la Casa Blanca también necesita activar una campaña que requerirá millones de dólares y mucho esfuerzo para evitar que candidatos de terceros partidos lo perjudiquen.
Y es que las encuestas están reñidas entre Trump y Biden. El primero tiene 44 % de intención de voto frente a 43 % del segundo, según el más reciente sondeo de Morning Consult. Es decir, solo los separa un punto de diferencia. Por eso el equipo demócrata está inquieto por los votos que puedan inclinar la balanza. Tienen plena certeza de que el expresidente será el adversario principal, ya que se convirtió matemáticamente en el nominado republicano al superar el umbral de 1215 delegados con su victoria en las primarias del 12 de marzo.
Biden también superó ese mismo día los 1968 delegados requeridos dentro de su partido, aunque en su caso se trató de un proceso de trámite al no tener rivales de peso. Superado ese capítulo, llegó la verdadera campaña por la Presidencia. Para poner manos a la obra, el Comité Nacional Demócrata “está formando su primer equipo para contrarrestar a los candidatos presidenciales independientes y de terceros partidos”, reveló NBC News.
QUIÉNES SON LOS OTROS CANDIDATOS
Los demócratas contrataron a veteranos en temas electorales y comunicacionales como Lis Smith, conocida por su trabajo en la campaña presidencial de 2020 de Pete Buttigieg, y quien ahora es secretario de Transporte de EE. UU. Su equipo admite que enfrentan “una elección sin precedentes” y creen que el Partido Republicano “está trabajando para apuntalar a candidatos de terceros partidos como Robert Kennedy Jr. (independiente)”.
¿Quiénes son los demás candidatos? Jill Stein, una ecologista y política de izquierda por el Partido Verde que en 2012 y 2016 también se postuló a la Presidencia. Entre los amargos recuerdos de los demócratas está cuando la acusaron de impedir que Hillary Clinton le ganara a Trump. Obtuvo un millón y medio de votos (1,06 %), que según la propia Clinton “terminó beneficiando” a su adversario.
Luego aparece Cornel West, un profesor izquierdista que piensa que “no hay mucha diferencia” entre Biden y Trump. Califica al actual presidente como “criminal de guerra” por su apoyo a Israel en el conflicto en la Franja de Gaza contra los terroristas de Hamás. Otra iniciativa que decidió el pasado 8 de marzo postular a su candidato es No Labels, movimiento que promueve la idea de un tercer partido en las elecciones presidenciales.
“QUE COMIENCEN LOS JUEGOS”
Los demócratas “están alarmados”, así lo describe The Washington Post, que reseña que Robert Kennedy, Cornel West y Jill Stein obtuvieron el apoyo de 13 % de los votantes en una encuesta reciente de Suffolk-USA Today.
Por otro lado está Citizens to Save Our Republic, un grupo que contrató anuncios en televisión contra “todos los terceros candidatos y saboteadores”. Además, se prepara para una campaña publicitaria mucho más grande en estados clave y presiona internamente a No Labels para que se comprometa a retirarse si queda claro que no tiene posibilidades ganar.
En conclusión, los demócratas quieren evitar perder votos a toda costa. De por sí, Biden está en una situación comprometedora por el descontento de votantes progresistas o musulmanes y porque su avanzada edad genera desconfianza. Entonces, como dirían en la famosa saga de películas The Hunger Games: “Qué comiencen los juegos”.
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