Por Oriana Rivas

PANAMPOST

 

Buta Biberaj, fiscal del condado de Loudoun, en Virginia, informó que no participará directamente en el enjuiciamiento de ciertos cargos por delitos menores. Ella recibió financiamiento del multimillonario para su campaña, al igual que una larga lista de fiscales financiados por Soros que están tomando decisiones similares.

El multimillonario progresista George Soros está detrás de grandes planes para cambiar la configuración política de Estados Unidos y, a juzgar por sus ambiciones, de varias partes del mundo. Sus fundaciones están detrás de donaciones que promueven boicots y reclamos sociales apegados a la agenda izquierdista. Por eso no es extraño que investigaciones independientes revelen cómo ha entregado millones de dólares para repartir «justicia social».

El año pasado ya se hablaba de cómo 75 fiscales estadounidenses habrían sido elegidos para sus cargos gracias al financiamiento de Soros a través de su Open Society Foundations. Según, Law Enforcement Legal Defense Fund, unos 40 millones de dólares le sirvieron durante la última década para financiar campañas de fiscales, quienes para mediados de 2022 representaban a «más de uno de cada cinco estadounidenses».

Pasado un tiempo, el financiamiento siguen rindiendo frutos con fiscales tomando decisiones que coinciden con el hallazgo de aquella investigación. Lo que retrataba el informe es que el objetivo de Soros era «transformar silenciosamente el sistema de justicia penal para peor, promoviendo políticas peligrosas y narrativas contra la policía para avanzar en su agenda radical”, aseveró Jason Johnson, el presidente del grupo que ejecutó la investigación.

SIN ARREPENTIRSE

Buta Biberaj, fiscal del condado de Loudoun, en Virginia, informó hace pocos días que su oficina no participará directamente en el enjuiciamiento de ciertos cargos por delitos menores. Dice que toma la decisión para «concentrarse más en los casos de delitos violentos y violencia doméstica».

Algunos cargos que ya no serán priorizados por la Oficina del Fiscal del Estado Libre Asociado —y en su lugar serán manejados por la policía y los tribunales— son el hurto, atropello y fuga con daños a la propiedad, eludir a la policía, beber en público, entre otros. El denominador común es que son, precisamente, delitos pequeños, a raíz de los cuales comienza el desorden y la anarquía dentro de las comunidades. La funcionaria ya no prestará atención a estos. Cabe recordar que asumió en 2020 tras una inversión de Soros de unos 659.000 dólares, según reveló el New York Post.

El medio también hace una afirmación importante. Si la filosofía del progresismo tal y como se anuncia realmente funcionara —respecto a desviar la atención de los delitos menores para enfocarse en delitos más graves— Estados Unidos, «no habría visto la ola de delincuencia nacional que comenzó en 2020 y ha continuado hasta hoy, y no sería especialmente pronunciada en las ciudades que justamente siguen esta filosofía».

«Soros ha gastado millones en respaldar estas filosofías extremas de justicia penal, pero ni él ni los fiscales a los que ha respaldado se arrepienten del aumento de los delitos contra la propiedad, los desórdenes o incluso los asesinatos», añade el portal.

EL DILEMA CON LA DELINCUENCIA

Entonces, podría decirse que el plan de George Soros está avanzando en EE. UU. Varios fiscales que financió en elecciones han venido tomando decisiones similares a la de Buta Biberaj en Virginia. Como John Creuzot, en Dallas, Texas, quien retiró los procesamientos por robos de “artículos personales” valuados en menos de 750 dólares, reseñó Breitbart con un listado largo de casos parecidos.

En este sentido, la organización Major Cities Chiefs Association (MCCA) analizó datos de 70 áreas urbanas en la primera mitad de 2022 para compararlas con el mismo período en 2021. El resultado indicó que si bien disminuyó ligeramente el número total de homicidios en las 70 áreas, particularmente aumentaron los asesinatos en casi 30 áreas, incluidas ciudades como Dallas, Atlanta, Washington DC, Denver, Nueva Orleans, Baltimore y Milwaukee. Las agresiones graves pasaron de 152.760 en el año 2021 a 156.735 al año 2022. Los robos pasaron de 53212 a 60175.

Aunque la diferencia puede parecer ser pequeña, parece que la labor de los fiscales tampoco ha hecho demasiado por revertir los números. En consecuencia, a pesar de que portales progresistas se esmeren en cuestionar los índices de violencia, lo cierto es que la discusión debería estar en por qué no disminuye por acción de la justicia.

https://panampost.com/oriana-rivas/2023/01/23/fiscales-financiados-por-soros-anarquia/

 


ORIANA RIVAS