Por Oriana Rivas

PANAMPOST

 

Cuba está lista para recibir a delegaciones de todo el mundo a pesar de que el castrismo lidera un enorme aparato de represión, persecución y violaciones a los derechos humanos que contrasta con el objetivo del encuentro.

Delegaciones de 134 países se reunirán en Cuba en el marco de la Cumbre del G77+China que se celebrará este 15 y 16 de septiembre. En la lista de invitados están Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil; Alberto Fernández, de Argentina; Luis Arce, de Bolivia; Gustavo Petro, de Colombia, entre otros. En La Habana todo parece estar listo para este encuentro, cuyo foco será abogar por un mundo menos “injusto”.

Más de 1045 presos políticos en la isla, de acuerdo con el balance de Prisoners Defenders, evidencian el irónico descaro del castrsimo. De ese número, 80 % sufre al menos cinco tipos de tortura por no someterse a las imposiciones de la tiranía comunista, actualmente presidida por Miguel Díaz-Canel.

La nación insular, sumida en una brutal dictadura desde hace más de 64 años, es candidata a la reelección para el Consejo de Derechos Humanos de la ONU a pesar de sus numerosos y comprobados abusos. Tampoco es un secreto que los cubanos siguen huyendo en precarias embarcaciones con la esperanza de pisar suelo estadounidense o que deportistas que acuden a competencias internacionales aprovechan los viajes en el exterior para desertar.

REDES DE TRATA EN CUBA

La lista de razones por las cuales la dictadura cubana no debería alojar la Cumbre del G77 es larga. Otro caso aberrante es el de las misiones de médicos cubanos enviados al extranjero para que el régimen reciba cientos de miles de dólares para su financiamiento, mientras los galenos apenas perciben un pequeño porcentaje por su trabajo y son víctimas de coacción.

El drama es tan complejo que el año pasado el Parlamento Europeo lo calificó como “esclavitud moderna”, ya que no solo viola la legislación internacional del trabajo, sino que además “perpetua un sistema de explotación y separación de familias”.

Por otro lado, en los últimos días se desató la polémica por la red de trata de personas que lleva cubanos a Rusia para sumarlos a las tropas de Vladímir Putin en la guerra contra Ucrania. Los turbios detalles van saliendo a la luz mientras La Habana intenta librarse de responsabilidades. Pero resulta imposible ocultarlo lo que podría ser “un esfuerzo colaborativo y concertado” entre ambos regímenes, apunta el laboratorio de ideas Cuba Siglo 21. Entonces, decir que Cuba defenderá un mundo menos “injusto” en la Cumbre del G77+China constituye una bofetada tanto a sus ciudadanos como al mundo libre y democrático.

EN BUSCA DEL MUNDO MULTIPOLAR

Esta vez, China participará como invitado, de ahí el nombre de esta edición. Para eso, el régimen asiático envió a Li Xi, responsable del control disciplinario dentro del Partido Comunista chino (PCCh). Por ende, no se puede esperar cuestionamiento alguno de un sistema que está sopesando controlar hasta la forma de vestir de sus ciudadanos.

Otro foco de la cumbre será “marcar un avance hacia el mundo multipolar”. El embajador de Cuba en Argentina, Pedro Pablo Prada Quintero, no oculta que en La Habana simpatizan con un nuevo orden, porque “el actual no garantiza seguridad económica, alimentaria, paz entre nacionales, desarrollo, justicia social ni igualdad entre seres humanos”.

Sus declaraciones complementan lo que ocurrió en la Cumbre número 15 de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) celebrada en agosto pasado con un grupo de países buscando acabar con el dominio del dólar en la economía global y cerrando filas para facilitar el expansionismo de Xi Jinping y sus aliados.

https://panampost.com/oriana-rivas/2023/09/14/cumbre-g77-en-cuba/

 

 

 

 

 


ORIANA RIVAS