OPINION

CULTURA

LA SEMANA

VIDA

FRASES FAMOSAS:  

“Sabe que yo estaré contigo siempre; si, hasta el final de los tiempos” Jesucristo

  

 

 

 

 

Dr. Fernando Domínguez

 

La práctica es el criterio valorativo de la verdad. Analizar la historia de los cambios sociales, de las rebeliones populares, de las explosiones sociales, como sustento de la búsqueda de cómo actuar frente a la monstruosidad castrista. Es la meta de nuestra generación, aplicar las enseñanzas para tener éxito en cambiar la realidad.

Todos los cambios sociales son la consecuencia de la inconformidad de una mayoría con la situación en que la mantiene una minoría, basada en el poder, en leyes arbitrarias y una represión contra los que osen retar ese dominio.  El conflicto entre la mayoría y la minoría dominante es el origen, la presión social, que genera un combate entre oprimidos y opresores. Entre los que reciben la violencia y los que la aplican. La imposición, por la fuerza, por el ejercicio sistemático de la violencia, por el dominio de las instituciones que posee la clase dominante para reprimir, encarcelar y tratar de destruir a los que osen retar su poder omnímodo.

Los atrincherados en el poder se obstinan en ese dominio porque es la base de su riqueza, de su bienestar, de su prevalencia. Y por ello, mientras más fuerte y evidente es el conflicto, más impúdico, cruel y salvaje es el tipo de violencia. Es una relación de causa-efecto que conlleva una realidad: si los poseedores del poder son desplazados, serán juzgados, encarcelados y perseguidos por los crímenes cometidos, por la violencia salvaje empleada. Otra relación de causa-efecto que impulsa la violencia extrema.

Los que luchan por liberarse del yugo opresor no tienen más remedio que aplicar una contra-violencia como “legítima defensa” para sobrevivir. Otra relación de causa-efecto para incrementar la violencia en los conflictos sociales.

La historia no refleja ejemplo alguno de suicidio político, económico y social. Todos los que ejercen el poder por la fuerza no pueden renunciar a defenderlo hasta las últimas consecuencias porque no solo perderán privilegios, riqueza y bienestar, sino la propia existencia; enfrentarán la cárcel y la condena.

En nuestra Patria, los “revolucionarios” que ocuparon el poder en 1959 confirman esa lección histórica. Desde la “advertencia policial” precursora de una condena, hasta el fusilamiento o la desaparición, esa violencia se manifiesta según la necesidad, en mítin de repudio, intimidación, golpiza, enjuiciamiento arbitrario, cárcel. Y ello va desde lo individual hasta lo grupal. Lo consagran con el principio “divino” de la “defensa de las conquistas”.

Esa especie de mafia empoderada se esconde detrás de la política, el patrioterismo, la "herencia" mambisa… en fin lo que les venga bien en cada momento, para reprimir, encarcelar, golpear, fusilar…  Es una tradición que se inaugurá por el sovietismo stalinista, la NKVD, la Stassi, la Seguridad del Estado. Esa tradición creó el campo de concentración, una represión tan extrema y absoluta, que solamente le deja a las victimas una salida: escapar. Y esa es la clave: dejar una única salida: escapar.

Si se examina esa forma se comprueba cuan conveniente es para ellos. Con solo unos pocos represores, sin alma, corazón o límite, y con absoluta impunidad, se mantiene controlada una enorme cantidad de victimas, cuyo único propósito individual, sin cómplices, ni alborotos, es escapar.  Los que logran hacerlo no enfrentan consecuencias…ni generan alboroto; probablemente serían los más proclives a crear conflictos, asi que perfecto…que escapen ! Y de paso, le ofertan a los represores la posibilidad de  un falso salvoconducto para que sus espías, agentes, soplones, colaboradores también escapen.

La conveniente mentalidad de campo de concentración impuesta a toda la población es el muy cómodo miedo y terror que impide, retrasa o dificulta la protesta. Es la conveniente “paz de los sepulcros” impuesta para mantener a las victimas contenidas por el genocidio alimenticio, sanitario, estructural, comunitario,  cometido y que se sigue cometiendo. No es casual que la tiranía haya utilizado, utilice y posiblemente utilizará ese método:  Desde los vuelos de la libertad, Camarioca, la Embajada del Perú, el Mariel, el Maleconazo, la excursión a los volcanes, la masiva búsqueda de visas para ir a otros países, etc.

Es por ello, extremadamente importante lograr que la gente anteponga el miedo a que sigan matando a sus hijos y familiares por hambre, insalubridad, derrumbes, infecciones. Eso  constituye  el mejor logro de la tiranía. Le concede una impunidad extendida. Que la gente anteponga el miedo a la muerte de sus hijos y mayores, que ya ocurre muy frecuentemente, por la hecatombe existente, frente al miedo a los represores, conseguirá que en las protestas se genere la “legitima defensa” de los reprimidos y descubran que los represores pueden ser aislados y castigados igual o peor que las victimas.

Legitimar la contra-violencia es ponerse a tono con las enseñanza de la historia, de la práctica como criterio valorativo de la verdad. No existe posibilidad alguna de que haya cambios sin conflictos, sin violencia, sin expulsar a la tiranía del poder abusivo que posee. El amor filial de impedir la muerte a plazos de sus hijos, padres y familiares es la fuerza que se impondrá para superar el miedo del campo de concentración.

 

 

 

Por el Dr. Fernando Domínguez

 

El desmoronamiento evidente de la tiranía castrista trata por todos los medios de ser disimulado, tanto por el propio aparato propagandístico de la tiranía, como por muchos de sus “compañeros de viaje”, de sus cómplices, que viven de chuparle sangre al pueblo cubano a través de sus “negocios”, de sus “admiradores” que sueñan con tener similares poderes absolutistas, de sus infiltrados y chantajeados en el resto del mundo, y de un largo etcétera de “otros”.

Pero pese al disimulo, a las designaciones disfrazadas de “elecciones”, a las pretendidas negociaciones con Estados Unidos, a la cretina “solidaridad” de zurdos como AMLO, Pietro y otras aves del mismo plumaje, al soporte de Rusia y de China, en busca de posicionamiento estratégico anti-norteamericano, y hasta de los traidores e infiltrados, que viven en Washington, DC y en la Florida, es evidente que el régimen está en bancarrota.

La bancarrota es moral, económica, política, financiera, ética … y de todo tipo. Sus debilidades se encuentran a flor de piel al caminar por sus calles, en las bodegas; en los barrios; en las calles y aceras destruidas; en la falta y pésima operación de los acueductos y alcantarillados; en las carreteras y autopistas casi intransitables; en la red de hospitales y centros asistenciales en proceso de dejar de existir; en las funerarias sin ataúdes; en los entierros sin la menor dignidad; en los cementerios destruidos y hasta en los muertos, saqueados y fuera de su sepultura.

La bancarrota más ostensible está afincada en los corazones y las mentes de sus ciudadanos, especialmente los más jóvenes y los más ancianos, desesperados por emigrar o desencantados por el precio que pagan por su antigua lealtad y servicios prestados; con la desesperanza a flor de piel, en su cotidiana involución a andrajosos, a sobrevivientes sin ánimo, a aspirantes a desaparecer, en un éxodo de proporciones gigantescas que deshace la pirámide poblacional y condena al país a un futuro sin jóvenes y sin objetivos y a una vida de buceadores en la basura, sin otro alimento material o espiritual.

Todo eso nació hace 64 largos años con un objetivo malsano y monstruoso, vendido al mundo y a la propia población cubana como noble, generoso, justiciero e impetuosamente progresista, creador de prosperidad colectiva y moral rectilínea; cuando en realidad era inoculador del cáncer más destructivo que ha conocido la especie humana: el comunismo.

Un comunismo que tuvo que ser introducido de contrabando, sobre la base del disimulo, de “poquito a poquito” para que no se den cuenta, precedido de declaraciones falsas y altisonantes, disimulando la perfidia con que se llevaba a cabo, para transformar el “verde como las palmas” al rojo como el melón de agua.

Esa monstruosidad se enseñoreó destruyendo la base económica de la nación solamente con el propósito (como siempre disimulado) de evitar que cualquier otro elemento social tuviera un poder económico alternativo a la monstruosidad personalista.

Esa destrucción sistemática de las fuerzas productivas en la agricultura, la ganadería, la industria, la pesca, la construcción, el comercio, los servicios, fue acompañada de la censura más rigurosa, del adoctrinamiento más feroz en todos los medios, en la enseñanza, en la vida laboral, en la vida social.

Los recursos disponibles fueron dedicados a la militarización de la nación, a la intervención sistemática y descarada en los asuntos internos de las otras naciones del continente, a la invasión militar en varios países africanos, al espionaje interior y exterior, a la conservación indisputada del poder personal mediante el descubrimiento y aplastamiento de cualquier pensamiento diferente, acción contraria o desarrollo social competitivo al personalismo empoderado.

Como sucede con toda invasión cancerosa, el éxito del cáncer radica en su capacidad de apropiarse de los medios para vivir del cuerpo infectado, y su victoria final es la muerte del cuerpo infectado …. con lo cual llega la muerte del cáncer invasor. Ya no tiene qué cosa succionar para vivir y su muerte es anunciada e inevitable.

A ese estado de permanecer en el “lecho de muerte” ha llevado el cáncer castrista a la sociedad que invadió exitosamente el 1ro. De enero de 1959. Fue tan exitoso y abrumador, creció tan despampanantemente… que acabó con el país, con su población, con su cultura, con su educación, con sus costumbres, con sus tradiciones, … y finalmente con toda su vida. Un proceso que arrancó por la destrucción material y culmina con la espiritual.

Ya eso no tiene marcha atrás. No hay manera de revivir a un muerto. Se le puede mantener “conectado” a una máquina que lo conserve “vivo”, pero ya está inerme y sin reversión a la vida propia. Es cosa de cuánto le queda “vivo” hasta que se decida desconectarlo de su de la “vida artificial” y se declare finalmente la muerte esperada y hasta ansiada por todos.

Ahora vienen las preguntas más elementales, pero insustituibles:

¿ Quién va a disponer del cadáver insepulto?

¿ Quién hará la inevitable tarea de desinfección, de evitar la re-contaminación?

¿ Cómo erradicar el poder invisible de los abusadores y castigar a los responsables?

¿ Cuáles serán las medidas que revivan la sociedad muerta y su necesaria re-animación?

¿ Cómo re-activar la civilidad, la ética, la educación sin adoctrinamiento, la organización de la vida social libre del cáncer comunista, el fomento de la legalidad, el ejercicio adecuado de los derechos y libertades, el fomento de la ciencia y la cultura libres, la cura de las heridas abiertas por tantos años de injusticias, ilegalidades, arbitrariedades, ordeno y mando …?

¿ Cómo organizar el fomento y reproducción de la vida económica y productiva en forma saludable y sin contaminación socializante?

La espontaneidad tiene que evitar la re-infección o la adquisición de nuevas enfermedades…

Va siendo hora de prepararse a enterrar el muerto y preparar la vida nueva…

¿ Cómo, quiénes…?   

Creo que todos los que nacimos en esa tierra, tenemos derecho a opinar, a hacer, a proponer… Todos menos los culpables de haberla llevado a la muerte cívica, política, económica, científica, educativa, constructiva, porque su semilla nos volverá a la misma monstruosa situación. Nada de discursos y promesas de convertir el mar en limonada, el sudor en perfume y a los seres humanos en monjes dedicados a ayudar gratuitamente a los demás. Hay un solo y único camino posible a la re-surrección, a prueba de promesas y actos de magia: la libertad absoluta, individual, empresarial, económica y social.

¿CUÁNDO SE REQUIERE COMENZAR?

 

Dr. Fernando Dominguez

 

Durante 64 años la tiranía cubana ha ejercido una violencia, cotidiana y sin horario, sistemática, y sin tregua, cruel y sin sentimiento alguno de piedad, descaradamente, convocada por radio, televisión, prensa escrita, redes sociales, discursos oficiales, contra cualquiera, que ose decir algo que contradiga sus dictatums, exponga un pensamiento o tenga un razonamiento diferente a su absolutismo o siquiera se abstenga de apoyarles fervientemente, ya sea en la calle, en la casa, en el trabajo, en las clases, en el hospital, en el parque… ¡donde quiera, y pa’lo que sea!

Esa vocación de violencia, imposición, intolerancia, ordeno y mando y “si no te gusta, échale azúcar, pero te lo tomas igual”, es la continuación de siete años anteriores, cuando eran oposición a Batista, época en que

  • ponían petardos y bombas en cines y espectáculos públicos para aterrorizar a la población y que se quedase en casa, pero con víctimas inocentes;
  • hacían atentados a personajes gubernamentales en lugares públicos y sin importarles las “bajas colaterales” de inocentes que estuviesen presentes por casualidad;
  • ejecutaban asaltos a mano armada de hospitales y cuarteles militares y estaciones de policía;
  • quemaban cañaverales y saboteaban instalaciones industriales, comerciales, energéticas;
  • interrumpían el tránsito en carreteras, autopistas, calles y todo tipo de vías;
  • secuestraban aviones y sus pasajeros;
  • secuestraron personalidades extranjeras que asistieran a eventos en Cuba, para sabotear los eventos y crear miedo a visitar al país a los extranjeros;

 

Y, en cuánto llegaron al poder comenzaron a

  • fusilar sus antiguos oponentes militares;
  • destruir centros de entretenimiento y casinos;
  • clausurar lugares que les pareciese oportuno;
  • confiscar a punta de pistola las propiedades de sus antiguos adversarios;

 

entre otras muchas acciones violentas, de intolerancia, de “si no te gusta, échale azúcar”.

Acumulan 71 largos años de ese brutal y desfachatado comportamiento. Pero, si en el exilio le chiflan a sus deportistas…Dios Mío…que acción más despiadada, más violenta y destructiva de la hermosa cultura de comprensión, tolerancia y buenas maneras de estos 71 largos años…

Lo doblemente terrible de eso no es solo la barbaridad que implica a todas luces, sino la aceptación tácita de esa iniquidad por parte de sus propios opositores, quienes se apresuran todos los días, a todas horas y en toda acción, discurso, actividad, artículo… a presumir de esa “no violencia”… la cual limita las victimas a un solo bando…les concede la iniciativa y la bendición de que la única violencia aceptable es la de ellos…

Golpear, intimidar, encarcelar, condenar a prisión sin razón, hacer sufrir a los demás por la imposición del hambre, la miseria, el derrumbe, la falta de salubridad, de atención a la población… pues tiene que ser aceptado en paz y sin rebeldía violenta. El terror que impusieron antes de llegar al poder para destruir la civilidad anterior ahora no es posible ni siquiera pensar en recordarlo.

 

Ahora han agregado una nueva violencia horrorosa: desterrar a sus oponentes; quitarles la familia, la patria, la sociedad, las amistades,  ... ¡ y cuidadito con no entender la altísima  nobleza de eso!!!. Es para sacarlos de la cárcel, dónde ellos los han enterrado!

 

A ellos hay que darles visas, recibirlos amablemente y homenajearles…aunque ellos se regodeen en impedir que los de acá siquiera puedan visitar a sus familiares, o ir a enterrar a sus muertos en la tierra que los vió nacer…porque ellos son los únicos dueños y señores de la verdad, aunque sea torcida; de la justicia arbitraria de los tribunales cuya única ley es lo que acuse la DSE y diga el PCC…

Los de acá tienen una sola y única obligación: financiarles el alivio del hambre y la miseria de sus parientes y amigos que ellos tienen secuestrados ¡con la mayor violencia! Remesas, Envíos, Visitas para llevarles dinero, mucho dinero!!!

¿Y las organizaciones internacionales? Bien, gracias. Les ayudan a ganar plata con el turismo discriminatorio… les dan donaciones para que se repartan el botín… Y los reconocen como si fueran dignatarios de verdad!

La iniquidad, el rasero discriminatorio y enfermizo llega al límite. Imaginemos  jugar una partida de ajedrez con estos genízaros; aplicando sus cotidianas regulaciones,  pues tendríamos prohibido darle jaque a su Rey, porque eso sería violencia contra-revolucionaria;  la única Dama en el tablero puede ser la suya…porque la nuestra sería un instrumento de la CIA, un abuso contra un jugador bloqueado…

Lamentablemente este panorama no se reduce a la tiranía cubana. Toda izquierda lleva en su alma esa creencia de superioridad.

La creencia de que la violencia ejercida por el FBI es correcta. La de BLM también. Pero la protesta cívica de los conservadores contra los abusos…eso es insurrección!!! Eso es terrorismo supremacista blanco, aunque sean de la raza negra los que lo hacen…

Solo quiero terminar dejando establecido algo quizás evidente por sí mismo: La Justicia engendra la paz social, la prosperidad, el bienestar, la esperanza.

La injusticia todo lo contrario: la ingobernabilidad, la miseria, el malestar, la desesperanza…y ¡la rebeldía!

La injusticia ha sido, es y será el motor de la lucha por el fin de la arbitrariedad y el establecimiento de la Justicia…eso ha traído a la Humanidad hasta aquí…

Nos visita un equipo de pelota cuidadosamente seleccionado por la tiranía, que utiliza a sus agentes voluntarios, pagados, ideológicos y de todo tipo para tratar de callarnos. Callarnos, a las buenas o a las malas. Esa es siempre la suprema intención del castrismo.

Ese intento burdo de lavarle la cara a la tiranía castrista mediante la utilización-como es costumbre- del sentimentalismo, del “dejen eso” y “todos somos cubanos”. Cada vez que les conviene, pues “todos somos cubanos”.

Pero a esos que no les dejan visitar a sus parientes dentro de la isla porque son “enemigos”, no, esos no son cubanos. Aquellos que extrañan a la fuerza, que sacan de las cárceles donde ellos los internaron para desterrarlos para siempre, tampoco; esos no son cubanos. Los miles de fusilados y torturados; no, tampoco son cubanos.

Sí son cubanos los que salen con palos llenas de puntillas a apalear a sus compatriotas porque, claro esos apaleados que no piensan igual, no, tampoco son cubanos. Sí son cubanos los represores, los chivatos que denuncian a los que piensan diferente;  los jueces vendidos que condenan a la cárcel por muchos años a esos que piensan diferente. Sí son cubanos los asesinos de inocentes que hunden embarcaciones de compatriotas tratando de escapar… porque claro, eso de escapar, los convierte en no-cubanos.

Como ejemplo indiscutible de los que “sí son cubanos” hagan lo que hagan, y a los que no tenemos derecho a repudiar, la semana pasada tuvo lugar un hecho abominable, entre los muchos que acostumbran aquellos “cubanos”.

Esos “cubanos” de letrina, con una bajeza moral que los distingue, en su sempiterna intención de intimidar, hicieron un derroche de esa poca hombría que les caracteriza, de mostrar su “valentía” cuando están en superioridad numérica y de armas, con algo que nunca hicieron ni los peores esbirros de Gerardo Machado y Fulgencio Batista, a quiénes ellos presentan como el máximo de la vesania:

Reunieron a más de 30 esbirros, carros, brigadas de apoyo y toda la parafernalia para asaltar el domicilio de una humilde muchacha, Hildina, con un niño menor de un año, ingeniera y amorosa, porque esa peligrosa oponente, armada hasta los dientes de la calidad humana que a ellos les falta, cometió un delito terrible, que la descalifica como “cubana”: hacer una presentación de la realidad cubana en You Tube, mostrar el hambre y la miseria en la que tienen sumida al pueblo, enseñar la indigencia a la que tienen condenados a una buena parte de la vejez  por una ausencia absoluta de sensibilidad, de empatía por lo que no tienen el voluminoso barrigón de los jefes y la carencia de una política social de la que alardean pero no practican.

Después del asalto, la secuestraron, la intimidaron por horas y le robaron todos sus medios: teléfono, computadora, etc. La callaron. La abusaron. La ultrajaron. Es probable que muchos desconozcan esas acciones, que constituyen el pan nuestro de cada día de una tiranía en fase terminal pero que conserva una buena parte de la capacidad de callar a sus oponentes, ocultar sus desafueros y cuenta con una buena cantidad de cómplices nacionales, extranjeros y hasta “enemigos”. Muchos de ellos entre nosotros,  infiltrados de mil maneras, de la misma manera que un cáncer infiltra sus metástasis en el cuerpo que pretende liquidar.

Esta bajeza complementa de la manera más gráfica y elocuente al tipo de pundonor y la gallardía de sus jefes, de sus generales y oficiales, de sus líderes en las organizaciones para-militares y sus estructuras de escenografía de cartón para respaldar a la gorilada que maneja los verdaderos hilos del poder, del dinero y de los privilegios que aseguran la servidumbre del ejército de  lamebotas que mantiene a raya a los esclavos en la cuadra, el barrio, el municipio, la provincia y el país.

Otra fotografía que muestra esa bajeza, la calidad de los barrigones que son mantenidos en el poder gracias a esta esbirrada impune. Muestra de qué color son las estrellas, las medallitas y los símbolos de sus generales, oficiales, funcionarios y burócratas. La calidad de sus “intelectuales” que los apoyan y soportan.

Pero otra imagen que se perfila: están aterrorizados. Aterrorizados de que el hambre, la miseria, la degradación moral, el oprobio, hagan estallar una rebelión, no una protesta –que hay muchas- sino una rebelión que les aprese, juzgue y cree un nuevo poder ajeno a toda esta inmundicia, terror, abuso y miseria. Finalmente: el equipo de pelota los representa a ellos. Su victoria o derrota es para ellos. A nadie más.

EL MUNDO

EL TIEMPO