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VIDA

FRASES FAMOSAS:  

“La fatiga nos convierte a todos en cobardes.”, Vince Lombardi

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Agustín Acosta

Cuba

 

Todo tiene su hora, su minuto y su sino,

y es inútil torcer el amargo proceso.

Frente al miedo de todos los caminos obscuros,

yo ya estoy de regreso.

 

Ya conozco las ansias, el afán de Quijote;

la verdad de Solón a la euforia de Creso;

el encanto postizo de las noches de luna…

¡Ya yo estoy de regreso!

 

Ya conozco lo estéril del rencor y del odio,

la tristeza egoísta, el dolor sin receso,

el angosto snobismo de la gloria temprana…

¡Ya yo estoy de regreso!

 

Y mañana… ¡quién sabe! Por caminos ocultos

vagaré, luz y sombra, malherido o ileso,

y no habiendo llegado a destino seguro

¡estaré de regreso…!

 

 

 

Leopoldo Lugones

Argentina

 

Raza valerosa y dura

que con pujanza silvestre

dio a la patria en garbo ecuestre

su primitiva escultura.

Una terrible ventura

va a su sacrificio unida,

como despliega la herida

que al toro desfonda el cuello,

en el raudal del degüello

la bandera de la vida.

 

Es que la fiel voluntad

que al torvo destino alegra,

funde en vino la uva negra

de la dura adversidad.

Y en punto de libertad

no hay satisfacción más neta,

que medírsela completa

entre riesgo y corazón,

con tres cuartas de facón

y cuatro pies de cuarteta.

 

En la hora del gran dolor

que a la historia nos paría,

así como el bien del día

trova el pájaro cantor,

la copla del payador

anunció el amanecer,

y en el fresco rosicler

que pintaba el primer rayo,

el lindo gaucho de Mayo

partió para no volver.

 

Así salió a rodar tierra

contra el viejo vilipendio,

enarbolando el incendio

como estandarte de guerra.

Mar y cielo, pampa y sierra,

su galope al sueño arranca,

y bien sentada en el anca

que por las cuestas se empina

le sonríe su Argentina

linda y fresca, azul y blanca.

Luego al amor del caudillo

siguió, muriendo admirable,

con el patriótico sable

ya rebajado a cuchillo;

pensando, alegre y sencillo,

que en cualesquiera ocasión,

desde que cae al montón

hasta el día en que se acaba,

pinta el cub de la taba

la existencia del varón.

 

Su poesía es la temprana

gloria del verdor campero

donde un relincho ligero

regocija la mañana.

Y la morocha lozana

de sediciosa cadera,

en cuya humilde pollera,

primicias de juventud

nos insinuó la inquietud

de la loca primavera.

 

Su recuerdo, vago lloro

de guitarra sorda y vieja,

la patria no apareja

preopación ni desdoro.

De lo bien que guarda el oro,

el guijarro es argumento;

y desde que el pavimento

con su nivel sobrepasa,

va sepultando la casa

las piedras de su cimiento.

http://www.los-poetas.com/c/lug1.htm

Luis Palés Matos

Puerto Rico

 

Calabó y bambú.

Bambú y calabó.

El Gran Cocoroco dice: tu-cu-tú.

La Gran Cocoroca dice: to-co-tó.

Es el sol de hierro que arde en Tombuctú.

Es la danza negra de Fernando Poo.

El cerdo en el fango gruñe: pru-pru-prú.

El sapo en la charca sueña: cro-cro-cró.

Calabó y bambú.

Bambú y calabó.

 

Rompen los junjunes en furiosa u.

Los gongos trepidan con profunda o.

Es la raza negra que ondulando va

en el ritmo gordo del mariyandá.

Llegan los botucos a la fiesta ya.

Danza que te danza la negra se da.

 

Calabó y bambú.

Bambú y calabó.

El Gran Cocoroco dice: tu-cu-tú.

La Gran Cocoroca dice: to-co-tó.

 

Pasan tierras rojas, islas de betún:

Haití, Martinica, Congo, Camerún;

las papiamentosas antillas del ron

y las patualesas islas del volcán,

que en el grave son

del canto se dan.

 

Calabó y bambú.

Bambú y calabó.

Es el sol de hierro que arde en Tombuctú.

Es la danza negra de Fernando Poo.

El alma africana que vibrando está

en el ritmo gordo del mariyandá.

 

Calabó y bambú.

Bambú y calabó.

El Gran Cocoroco dice: tu-cu-tú.

La Gran Cocoroca dice: to-co-tó.

 

 

 

 

 

Pablo Neruda

Chile

 

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,

y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.

Parece que los ojos se te hubieran volado

y parece que un beso te cerrara la boca.

 

Como todas las cosas están llenas de mi alma

emerges de las cosas, llena del alma mía.

Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,

y te pareces a la palabra melancolía.

 

Me gustas cuando callas y estás como distante.

Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.

Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:

déjame que me calle con el silencio tuyo.

 

Déjame que te hable también con tu silencio

claro como una lámpara, simple como un anillo.

Eres como la noche, callada y constelada.

Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

 

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.

Distante y dolorosa como si hubieras muerto.

Una palabra entonces, una sonrisa basta.

Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

 

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