Por: Lcdo. Sergio Ramos

 

Hace 120 años, el 20 de mayo de 1902 se instauró la República de Cuba, izándose la bandera cubana en El Morro de La Habana y demás edificios públicos, asumiendo la presidencia del país Don Tomas Estada Palma.

Si bien es cierto que la nueva república nacía con imperfecciones y limitaciones a causa de la impuesta Enmienda Platt que afectaba el ámbito de la soberanía nacional, también es cierto que ese fue el punto de partida de un país libre que, a pesar de sus vaivenes, tuvo una gran prosperidad y sus momentos de libertad de su existencia perfeccionó sus sistema democrático al eliminar dicha Enmienda y promulgar una nueva constitución en 1940, que fue orgullo de su tiempo por lo completa en cuanto a la garantía de las libertades y los derechos del hombre. 

Un proceso democrático solo mancillados por las dictaduras de Gerardo Machado y Fulgencio Batista y finalmente, en 1959, fue destruido por la tiranía totalitaria de Fidel Castro, quien, traicionando a la patria y a su pueblo, entregó la soberanía nacional a la Unión Soviética imponiendo falsas constituciones pro-comunistas que en el fondo conculcan los derechos humanos de sus ciudadanos incrustando una corrupta y despótica casta minoritaria que esclaviza y empobrece a los ciudadanos.

Pero en medio de esa tragedia, desde la gran traición y robo de la patria por el castrismo, el pueblo cubano no ha dejado de luchar por su libertad, democracia y el respeto a sus derechos humanos, procurando el fin total y absoluto de la tiranía, para así poder iniciar la edificación de un nuevo país.

Desde las heroicas guerrillas del Escambray y en otras partes el país, el desembarco de la gloriosa Brigada 2506, los ataques comandos de la Operación Mangoose, y otras organizaciones anti-castristas, para luego pasar a la guerra por los caminos del mundo a causa el Pacto Kennedy- Khruchev que bloquea las acciones libertarias del exilio hacia Cuba, pasando luego a la lucha pacífica de los opositores tras el llamado de “ La Patria es de Todos” y las protesta pacíficas de las Damas de Planco y otras organizaciones opositoras dentro de Cuba y fuera del país por los exiliados alrededor del mundo, hasta los actos de rebeldía del pueblo más reciente como lo fueron las protestas del 11 de julio y 15 de noviembre pasado, y además, las que día a día continúan suscitándose dentro de Cuba con los apoyos del exilio desde el exterior.

Una lucha que no terminará hasta que Cuba sea libre y el país sea totalmente despojado de los males del castrismo. Y es a partir de ese momento, que todas las tendencias sociales y políticas del país habrán de empezar una nueva y grandiosa obra de construcción de un nuevo país, soberano y libre afianzado en una nueva constitución democrática que establezca un nuevo estado de derecho asentado en los principios de soberanía nacional, paz, libertad, democracia, bienestar y progreso para todos los cubanos en el marco de una Cuba inclusiva, enmarcada en el pensamiento del Apóstol José Martí : “ Con todos y para el bien de Todos”.

Para ello, derrocada la tiranía, habrá que promulgarse una nueva constitución democrática con la participación de todas las vertientes políticas y sociales del país, incluyendo a la diáspora; y una vez esta ser refrendada por todo el pueblo cubano, realizar elecciones libres , democráticas y transparentes con la participación de todos los partidos y tendencias democráticas del país para elegir los cargos electivos de un nuevo gobierno democrático que empiece a construir la nueva patria cubana y dar comienzo a un nuevo y mejor 20 de mayo, pleno de patria y vida con libertad para todos los cubanos.