Por Oriana Rivas

PANAMPOST

 

La Oficina de Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos (OFAC) levantó restricciones a dos equipos venezolanos: Navegantes del Magallanes y Tigres de Aragua. Ambos tenían prohibiciones desde 2019 debido a que la Administración Trump acusaba a la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP) de estar vinculada al régimen.

Cada vez son más evidentes los guiños del gobierno de Joe Biden con la dictadura venezolana encabezada por Nicolás Maduro. Apenas llevaba dos meses de gestión cuando el mandatario estadounidense puso en práctica una diplomacia más blanda en comparación con la de su antecesor, Donald Trump. El tiempo ha mostrado cómo se han incrementado las señales de simpatía en el marco de supuestas negociaciones.

La Administración demócrata comenzó aliviando sanciones en lo económico otorgando algunas concesiones petroleras. Luengo entró en el campo político al liberar a los sobrinos de Cilia Flores, esposa de Maduro. Siete años habían estado presos Efraín Campo Flores y Franqui Flores de Freitas por delitos de narcotráfico hasta que Biden los dejó en libertad a cambio de siete estadounidenses encarcelados en Venezuela. Las exportaciones de la estatal petrolera PDVSA, convertida en caja chica del chavismo, aumentaron a mediados de este año gracias a los permisos otorgados por Washington a algunas petroleras para reanudar negociaciones con el país caribeño.

Ahora le tocó el turno al béisbol profesional venezolano, ya que la Oficina de Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos (OFAC) levantó sanciones a dos equipos, Navegantes del Magallanes y Tigres de Aragua. Sobre ambos pesaban restricciones desde 2019 debido a que la Administración Trump acusaba a la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP) de estar vinculada al régimen debido a que PDVSA figuraba como su principal patrocinante.

La decisión fue confirmada por la liga y por los equipos, con lo cual a partir de este jueves jugadores venezolanos que forman parte de la Major League Baseball (MLB) podrán incorporarse a estas escuadras. Antes no podían hacerlo, ya que eso contemplaba negocios directos con EE. UU. Si bien es una noticia positiva para cada alineación y para los fanáticos, también es cierto que es otra señal de que la Casa Blanca da su brazo a torcer a pasos acelerados.

EL DEPORTE COMO INSTRUMENTO POLÍTICO

En agosto de este año, la Casa Blanca aseguraba que las «sanciones al régimen de Maduro seguían vigentes». Pero la realidad era otra. Las palabras del portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, se esfumaban en medio de numerosos gestos de simpatía de la Administración Biden con el chavismo.

La decisión que se tomó en 2019 incluyó a los ocho equipos de la liga venezolana, pero ese mismo año se les levantó la restricción a seis, quedando solo Magallanes y Tigres en la lista de sancionados. La periodista Maibort Petit explicó que debido a que los dos equipos tienen participación accionaria en entidades gubernamentales, «cualquier trato con una empresa u organización estadounidense se considera un negocio con el régimen de Maduro, lo que viola las sanciones impuestas por el Departamento del Tesoro en 2019», según la Orden Ejecutiva N° 13.884 del expresidente Donald Trump.

Un repaso de las flexibilizaciones que se han venido aplicando permiten ver cómo Estados Unidos ya dejó atrás la firmeza contra los abusos del régimen venezolano, acusado de numerosas violaciones de derechos humanos, crímenes de lesa humanidad y delitos de narcotráfico, que caracterizó a la anterior Administración. El béisbol, uno de los deportes predilectos de los venezolanos, también pasó por años de declive debido a que la crisis económica y la inseguridad mermaron la calidad del deporte y la asistencia a los estadios.

Sin embargo, en el empeño del régimen por mostrar que «Venezuela se arregló», este deporte se convierte ahora en otro canal usado por la dictadura para mejorar su imagen con la ayuda de EE. UU., aprovechando la gran popularidad de la que goza esta disciplina en ambas naciones.

Además, Venezuela será sede de la Serie del Caribe en 2023 y, haciendo a un lado las necesidades básicas de los venezolanos, está próximo a inaugurarse el estadio Néstor «Látigo» Chávez, bautizado así en honor a este pelotero venezolano, el cual, con sus 37.000 asientos, se promociona como el parque de beisbol más grande de Latinoamérica, certificado por la MLB e incluido entre los recintos de este tipo de estándar mundial.

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