Por Dr. Fernando Domínguez

 

Frente a eso hay un clamor: “Pa’la Calle”, pues la simple presencia del pueblo en la calle hace temblar a la injusticia y a la tiranía.

Todos los pueblos del mundo tienen una elocuente manera de expresar sus sentimientos contra lo que les molesta, les incomoda o les recuerda algo que preferirían olvidar y de forma socarrona se refieren al tema con algo de burla, de expresión pública y de reacción manifiestamente de desdén, desprecio y burla. Esas manifestaciones surgen espontáneamente y se aceptan y utilizan colectivamente con mucho de complicidad colectiva y anónima contra lo que se detesta.

El caso que nos ocupa tiene un doble significado pues al mismo tiempo se burla de quien se quiere denostar y hay una segunda burla pública contra quien pretendió esconder  esa burla haciendo creer  que una multitud coreaba algo completamente ajeno y diferente a lo que claramente  se oía pero que le convenía ocultar para evitar la aceptación de  la burla, que precisamente se trata de un “chupa medias”que pretendía negar lo obvio, lo público y notorio, para pretender “cuidar” la imagen del personaje público objeto de la burla, lo que resulta en una especie de burla por partida doble: contra el personaje y también contra quienes quieren ocultar ese público y espontáneo deterioro de la verdad, del respeto a las multitudes, del sagrado derecho del pueblo a expresar sus sentimientos y opiniones de la mejor manera.

Con nuestros vecinos “revolucionarios” intolerantes y aterrorizados del miedo a las multitudes libres sucede un fenómeno complementario. La burla y el desprecio popular es restringido en su forma cotidiana por la ausencia absoluta de reglas de convivencia, de respeto a la verdad y de derechos por lo que solamente la presencia de los ciudadanos en la calle se toma como un acto de rebeldía contra el poder establecido, pues solamente los ciudadanos pueden salir masivamente a la calle convocados por la tiranía. Salir sin permiso es un desafío a la “ley” y merecedor de la cárcel y el escarnio público. Frente a eso hay un clamor: “Pa’la Calle”, pues la simple presencia del pueblo en la calle hace temblar a la injusticia y a la tiranía.

El año pasado en USA también hubo gente en las calles. No pacíficamente, sino quemando propiedades y desestabilizando a la sociedad, que se basa en la Ley y el Orden para su funcionamiento y pidiendo, entre otras cosas, desfinanciar a la Policía, para continuar impunemente el proceso de desestabilización social.

Ese proceso fue parte de los orígenes del actual Go Brandon! que podría estar esta vez acompañado de multitudes en las calles, totalmente pacíficos, pero mostrando la unanimidad del deseo de Ley y Orden, de respaldo a la Policía, de recuperación de nuestra riqueza petrolera, de un ejército patriota y efectivo, de una economía próspera, de una nación respetada, entre otras muchas causas.

Go Brandon!   Pa’la calle!!!