Esteban Fernandez

 

Al comenzar Inicialmente a escribir - octubre de 1967- me costó más de un año entender que: Lo importante no soy yo, sino que son  “ustedes” los lectores.

Desconocía la idiosincrasia cubana. Fui agresivo con los lectores, con usted, con ustedes, con todos. Un verdadero “pesao”…

Les decía barbaridades como : “Y tú ¿que haces por Cuba?” Y ponía una foto de José Martí señalando con el dedo índice al lector.

No sabía que el cubano no responde bien a las amenazas ni a la agresividad. Ya bastante tuvo que soportar en Cuba.

Me respondían: “¿A ti que te importa?

Hago lo que me da la gana ¿Qué haces tú?” Y dejaban de leerme.

Aprendí la lección y descubrí que las dos palabras más peliagudas en un escrito son “Usted y tú“ ….

Y el “tú” es hasta más peligroso que el “usted “ porque  tutear enseña una familiaridad con el lector que nadie me ha dado.

Adquirí un absoluto respeto por “ustedes” porque me di cuenta que sin “usted” no hay “yo”, y jamás los incluyo a ”ustedes” en nada negativo, sin atribuirles una solitaria falta de patriotismo.

Jamás lo insto a “usted” a hacer absolutamente nada que yo no esté haciendo. Y ni habiéndolo hecho yo -si fue peligroso- tampoco lo reto a “usted” a realizarlo.

Cuando el escritor es zoquete, agresivo, sabelotodo , irrespetuoso, atrevido, y los reta a ustedes, los pierde a ustedes.

No es darle por la vena del gusto a

nadie, no es congraciarse con “usted”,  es decir “mi verdad” sin menospreciar la suya.

En 1967 yo venía de jugarme la vida tratando de liberar a Cuba, y me creía un “héroe” y con ínfulas de “héroe” me lancé a emborronar cuartillas.

Poco a poco comprendí que los héroes son los que se toman el trabajo de leerme. Mi única heroicidad es lograr 10 minutos de su valioso tiempo.

Al respetarlos a ustedes exijo y obtengo el derecho a ser respetado.

Y quede muy claro: Los castristas y los comunistas no merecen respeto, en el mejor de los casos deben ser bloqueados y en los extremos  merecen Ceiba y cabuya.