Por Esteban Fernandez

 

Este fue mi primer amor: Estaba  yo en el kindergarten, la maestra Violeta Espinosa nos pidió que con un lápiz pintáramos algo, yo dibujé a una mujer bellísima que tenía el pelo muy largo y negro. Todavía estoy enamorado de ella.

Ese fue mi inicio, cada cual tuvo el suyo, tremendo es el inocente descubrimiento que hacen los varones de que existe algo muy diferente a ellos que se llaman “las hembras”. Wow!

Las niñas son más despiertas, los varones son más pazguatos .

Las estadísticas dicen que: En el 99 por ciento de los casos la primera novia de los niños ella jamás se entera que es su novia…

Los muchachitos cuando descubren que les gusta una niña son penosos, la evitan, se ponen nerviosos, se les enreda la lengua, no saben que decirle y hasta bruscos y pesados se pueden poner…

No es hasta los 20 años -más o menos- cuando se llenan de valor y le fajan a una mujer, ya han conseguido vencer la timidez y hasta logran mentir y pintarse como lo que no son.

Ya “se las saben de todas todas” y se creen  conocer la sicología  de  aquellas niñitas hoy convertidas en bellas mujeres…

Si a ellas les gusta pintar a ellos les encanta Pablo Picasso, si les gusta bailar ellos son superiores a Felo Bacallao el de la orquesta Aragón, si es religiosa ellos se leen la Biblia mañana tarde y noche.

Pero al poco tiempo la mujer lo descubre y dice: “Viejo, ya tú no eres como eras antes”…  Porque aquellas niñas siendo mujeres siguen siendo más inteligentes que los hombres.

Y yo, después de tener dos hijas y una nieta, considero que desde el mismo Kindergarten a los niños debían darles clases de conocer y respetar a las damas.

Todos debemos estar conscientes de que somos hijos de una mujer, hermanos de una mujer y que nuestras descendientes serán mujeres…