Dr. Oscar Elías Biscet

Presidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos

Presidente del Proyecto Emilia

Medalla Presidencial de la Libertad

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La decisión histórica de la CSJ de revocar Roe vs. Wade regresa al país a la constitucionalidad, incluso en ninguna parte de esta carta magna aparece el derecho a cercenar una vida humana a través del aborto.

La Corte Suprema de Justicia (CSJ) de los EEUU afirma la legitimidad del país y asegura la república libre y democrática, que este próximo 4 de julio cumplirá 246 años. Ni la división del país ni las leyes que violenten la constitución federal son aceptables en la nación. Para eso se eligió una república con sus poderes independientes y un presidente, para estar a sus sombras de igualarnos en la justicia, aléjanos de la tiranía y preservar la libertad.

En los últimos dos siglos de independencia los estadounidenses en búsqueda de la felicidad, la han asegurado a través de los derechos inalienables, la vida y la libertad, donde todos los seres humanos son creados iguales y nadie tiene derechos superiores y garantizan para todos el bienestar general y la libertad por Constitución.

La decisión histórica de la CSJ de revocar Roe vs. Wade regresa al país a la constitucionalidad, incluso en ninguna parte de esta carta magna aparece el derecho a cercenar una vida humana a través del aborto. Ni al amparo de la Decimocuarta Enmienda (E-XIV) que no puede privar a las personas de la vida sin el debido proceso legal, ni en la Unión ni en los estados.

La discriminación de cualquier ser humano por motivo de odio es condenable y no da el derecho a matarlo. Por lo que aniquilar la vida humana por su forma de concebirse o por presentar malformaciones genéticas u otras enfermedades es un barbarismo de tipo nazista, definido como eugenesias; peor aún para disminuir la población en especial el ensañamiento con las minorías, procesos maltusianos. El aborto es una forma de violencia extrema solo comparado con la guerra, un crimen de lesa humanidad.

La vida humana comienza desde la fecundación y pasa indeteniblemente por todas sus etapas de desarrollo intrauterino, el nacimiento hasta la muerte natural. Incluso en el mismo momento de la fusión del ovulo y el espermatozoide, concepción, se define el sexo de la criatura humana desde el punto de vista genético para seguir en desarrollo hasta la formación de los genitales femeninos o masculinos internos y externos. Por eso el salmista dijo:

 

“Porque tu formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de madre. Te alabaré, porque formidables maravillas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vio tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas”.

Otra variante del embrión del Salmista, la podemos contemplar en el Disco Genético, donde está grabado el desarrollo embrionario desde la fecundación, cigoto, embriogénesis, feto, nacimiento del niño y adulto. Disco de piedra precolombino de más de 6 mil años de antigüedad, aunque no tenga la confirmación de las ciencias oficialistas, entonces sería una obra maravillosa de arte como las esculturas de bronce expuestas en un hospital catarí, del autor Damien Hirst, nombrada “El viaje milagroso”.

Asimismo, en el Centro Internacional para la Defensa de la Vida Humana, CIDEVIDA, en Tordesillas, Valladolid, España, podrás observar ese viaje milagroso de la vida humana. En el caso de querer un realismo puro, entonces asistir a un hospital o consulta de gestantes donde se realicen ultrasonidos y veras la vida humana intrauterina en vivo, en especial a las 6 semanas en que contemplará el corazón del bebé y latiendo, que durante el desarrollo embrionario ya el primitivo esbozo de corazón late autónomamente a los 19 días de la fecundación.

Muchos pro abortistas critican a los activistas pro-vidas por amparase en Dios para su lucha por el derecho a la vida. Sin embargo, esto también es un problema humanitario registrado en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en los Pactos Internacionales de Derechos Humanos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas, también del derecho internacional a otras instancias. Antes estaba en el Juramento Hipocrático y los Consejos de Esculapio, que son bases de la ética moderna mundial. No obstante, la vida es un derecho humano inalienable, como excelentemente lo especificaron los padres fundadores de la nación americana.

La nueva era de la humanidad en las ciencias y con los novedosos avances científico-técnicos, inteligencia artificial, nanotecnología, robótica, biología, embriogénesis, el código genético nos demuestran un conocimiento más profundo de la vida humana desde la fecundación y que muchos de las enfermedades tendrán curación en las primeras etapas de su desarrollo dentro de su estancia en la propia matriz de la madre.

Muchos animales, en especial las gallinas, palomas y los cocodrilos, tienen el cuidado extremo de sus crías y una protección feroz ante cualquier intruso durante la incubación de sus huevos y pichones, son institutos naturales, amor materno; el ser humano también los poseen pero con mayor especialización por su capacidad de razonamiento. Esto no quiere decir que los humanos están libres de comportamientos irracionales y antinaturales, como en la antigüedad cuando sacrificaban sus hijos a los dioses o en esta actualidad dan ese culto perverso a ideologías de la cultura de la muerte o a las compañías de negocios y tráficos de cuerpos y partes humanas embrionarias y fetales.

El radicalismo en la cultura de la muerte, impulsada y consolidada en el siglo XX, hizo que la falta de amor, el desprecio, el resentimiento, la ira llenaron de odio a una parte de la humanidad y la descalificaron en su misericordia, el sagrado respeto por la vida humana y en el reconocimiento oportuno de los derechos como sujeto del nonato (no nacido). Los nuevos avances de las ciencias siguen confirmando su naturaleza humana desde la concepción y debemos aprovechar para ser más civilizado y humano y así tendremos un mundo mejor en vida, libertad y felicidad.

El Dr. Oscar Elias Biscet es un líder de derechos humanos, ex preso de conciencia durante 12 años y ganador de la Medalla Presidencial de la Libertad. Vive en  La Habana, Cuba, y puede ser contactado a través de su teléfono 011-537-699-1774. y de su sitio web: www.OscarBiscet.com.

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