Mientras tenga poder, Nancy Pelosi seguirá promoviendo su agenda de izquierda y obstruyendo al Presidente Trump. Esta es una octogenaria aferrada al poder político que no está interesada en ser abuela.

Los pantanos sirven de refugio a todo tipo de criaturas detestables y repulsivas. Desde los tiempos bíblicos la más peligrosa y taimada de esas criaturas ha sido la serpiente. El (Génesis 3:1) la describe como: "El más astuto de todos los animales del campo que el Señor Dios había hecho". De hecho, fue ella la que provocó el pecado que privó a Adán y Eva del paraíso y los condenó al infierno que es la Tierra para quienes carecen de la amistad de Dios. En el pantano de Washington esa serpiente se llama Nancy Pelosi.

Quienes no estén al tanto de la hoja política de esta mujer podrían pensar que la he tratado con excesiva crueldad. Sin embargo, no he hecho otra cosa que utilizar el calificativo que la describe en toda su naturaleza malévola. Aquellos que me leen saben que llamo a las cosas por su nombre sin otro objetivo que reflejar la verdad según la percibo. Para reflejar la verdad sobre Nancy Pelosi es necesario pasar revista a la trayectoria de su vida política.

La semana pasada se cumplieron 80 años del nacimiento de Nancy D'Alesandro  el 26 de marzo de 1940 en la ciudad de Baltimore. En septiembre de 1963 contrajo matrimonio con Paul Pelosi y se mudó  a la ciudad de San Francisco, California, cuyo Distrito Ocho ha representado durante treinta cuatro años desde 1987. Sus 17 períodos en la Cámara de Representantes la califican como una genuina criatura del pantano.

Ha sido además una mujer ambiciosa que ha logrado establecer récords en un  ambiente dominado por hombres y sumamente competitivo. En 2002 se convirtió en la primera mujer en la historia en ser electa presidente de la bancada demócrata de la Cámara de Representantes. Cuatro años más tarde estableció otro récord cuando, en 2006, la Pelosi se convirtió en la primera mujer en ostentar la presidencia de la Cámara de Representantes.

La llegada de Barack Obama a la Casa Blanca en 2008 creó las condiciones que le permitieron a Nancy Pelosi adelantar su agenda de izquierda vitriólica. El Presidente Obama puso en manos de la Pelosi la creación de un programa de salud universal controlado por el Gobierno Federal que fue bautizado como "Affordable Care Act", en español  "Ley de Asistencia Asequible" y conocido como "Obamacare".

Obama vendió el programa diciendo: "Usted puede mantener su médico y usted puede mantener su seguro de salud y, si decide sumarse al plan, se ahorrará 2,600 dólares anuales de prima". La Pelosi, por su parte, trató de convencer a los legisladores que reclamaban leer el proyecto de ley antes de votar por él diciendo: "Si quieren saber el contenido de este Proyecto Ley tienen que aprobarlo primero para después poder leerlo". Los dos mintieron y los dos impusieron su voluntad tomando una página de la Asamblea del Poder Popular de la tiranía castrista.

En lo personal, Nancy Pelosi es una mujer vengativa y temible que castiga a sus enemigos y premia a sus aliados. Tales son los casos de dos congresistas demócratas por el Estado de Nueva York, Kathleen Rice y Alexandria Ocasio-Cortéz. Cuando la Rice se atrevió a oponérsele en su campaña para ser electa Presidente de la Cámara de Representantes, la Pelosi le negó un escaño en el Comité Judicial de dicha cámara al que aspiraba la congresista.

Un trato diametralmente opuesto fue el que dio a su aliada temporal y potencial adversaria, la atrevida Alexandria Ocasio-Cortéz. Con el objetivo de apaciguarla, la Pelosi le otorgó un escaño en el influyente Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes. Una analfabeta en economía y militante socialista regulando los bancos y las grandes empresas de inversión, que son los pilares del sistema capitalista . Algo así como poner a las ovejas al  cuidado del lobo.

Pero si alguien debe de conocer a Nancy es su hija Alexandra. En el curso de una entrevista con John Berman, de la cadena CNN, el periodista le pidió su opinión sobre las tensas relaciones de su madre con el Presidente Trump. Con una honestidad inesperada en la hija de un político, Alexandra Pelosi le dijo: "Mi madre te cortará la cabeza y tu ni siquiera sabrás que estas sangrando. Eso es todo lo que tienes que saber sobre ella". Esta afirmación explica en gran medida la salvajada de una Presidente de la Cámara de Representantes haciendo trizas una copia del discurso del Presidente de los Estados Unidos sobre el estado de la nación en plena transmisión en vivo. Lo único peor que un niño malcriado es una anciana frustrada de no haberse salido con la suya.

Pasemos ahora a los acontecimientos de los últimos días en que el gobierno a todos los niveles busca una respuesta contra el enemigo mortífero e invisible del coronavirus. En una extraña muestra de colaboración bipartidista , los presidentes de ambos partidos en el Senado, el republicano Mitch McConnell y el demócrata Chuck Schumer, bailaban al ritmo de la misma música. McConell dijo: "Una batalla ha  llegado a nuestras costas y vamos a ganarla". Schumer, por su parte, declaró: "La gran ayuda será rápida y ya está en camino."

Todo parecía ser armonía hasta que regresó de California la serpiente del pantano y, como de costumbre, intimidó a Chuck Schumer. Ambos introdujeron  en el proyecto de ley una serie de enmiendas con medidas radicales que la izquierda sabía que no podría lograr que fueran aprobadas como leyes separadas. Quisieron aprovechar la crisis para promover su agenda radical aunque las víctimas del coronavirus salieran perjudicadas por la demora. El perjuicio se hizo visible cuando el Departamento del Trabajo informó la semana pasada que las reclamaciones por falta de trabajo habían alcanzado el nivel inaudito de 3,3 millones de solicitudes de ayuda.

Indiferentes a esa realidad, Nancy y Chuck propusieron enmiendas al proyecto de ley tales como inscripción de votantes el mismo día de las elecciones, capítulos sobre gastos discrecionales, privilegios para los sindicatos, perdón de las deudas del Servicio de Correos, eliminación de las contaminaciones emitidas por el combustible de los aviones para 2025 y un estudio para analizar  las esfuerzos encaminados a la purificación del medio ambiente. Una aplicación de la frase del ex Jefe de Despacho de Obama, Rahm Emanuel: "No desperdicies la oportunidad de una buena crisis". En este caso, la  oportunidad de promover el Nuevo Trato Verde propuesto por Alexandria Ocasio-Cortéz.

Pero el golpe bajo de la izquierda tropezó con dos piedras en el camino: la tenacidad del Presidente Trump para enfrentar la crisis y el incremento de su popularidad al 60 por ciento en una encuesta de la prestigiosa empresa Gallup. Tuvieron que dar marcha atrás y votar a favor de un proyecto de ley de 2.2 MILLONES DE MILLONES de dólares (2.2 trillones en inglés) sin la mayoría de las enmiendas que habían propuesto.

Podemos entender mejor la magnitud de este proyecto si tomamos en cuenta que la cantidad aprobada es el 50 por ciento del presupuesto anual de 4 MILLONES DE MILLONES de los Estados Unidos. La ley aprobada proporciona CENTENARES DE MILLONES DE DÓLARES destinados a las industrias, los pequeños negocios, los obreros sin trabajo y a los trabajadores de la salud impactados intensamente por la pandemia del coronavirus que ha devastado las economías de todas las naciones alrededor del mundo.

Por otra parte, aquellos que piensen que este esfuerzo bipartidista será el inicio de una etapa de colaboración entre demócratas y republicanos estarán totalmente equivocados. La izquierda nunca pierde y, como Jalisco, cuando pierde arrebata. Mientras tenga poder, Nancy Pelosi seguirá promoviendo su agenda de izquierda y obstruyendo al Presidente Trump. Esta es una octogenaria aferrada al poder político que no está interesada en ser abuela.

Peor aún, es una hipócrita congénita que se proclama católica y obtiene fondos públicos para el aborto, que dice defender a los pobres y no comparte con ellos un solo dólar de su fortuna de 26 millones de dólares, que se opone a un muro en la frontera sur y vive en una mansión amurallada, que se opone a la pena de muerte de criminales convictos y es cómplice en el asesinato de más de  650,000 criaturas inocentes todos los años, que odia y obstruye al Presidente Trump y dice rezar por él. ¡Hay que tener bemoles para defender tamañas contradicciones!

3-30-20