'Rusia será libre'; 'Rusia sin Putin'; 'Navalni, estamos contigo', gritan los asistentes al entierro del opositor ruso en el cementerio Borísovo, de Moscú.

La Policía de Rusia detuvo el viernes a al menos 56 personas en 14 ciudades del país durante la jornada de despedida al líder opositor ruso, Alexei Navalni, que fue enterrado tras morir por causas no aclaradas y bajo custodia hace dos semanas en una prisión ártica.

Según OVD-Info, organización que vela por los derechos de los detenidos, las ciudades con mayor número de detenciones son Novosibirsk, Yekaterimburgo y Moscú, con 14, diez y seis detenidos, respectivamente.

La Policía también practicó detenciones en Voronezh, Kazán, Nizhni Nóvgorod, Vladikavkaz, San Petersburgo, Ulán-Udé y Sochi, entre otras, reportó EFE.

Entre los detenidos esta el vicepresidente de la filial moscovita del partido opositor Yábloko, Andréi Mórev, arrestado por la Policía en el metro de Moscú tras el sepelio, indicó OVD-Info.

Según declaró Mórev al canal de Telegram Mozhem obyasnit (Podemos explicar), los agentes lo detuvieron junto a un colega en la estación de Máriino, cercana al cementerio, y de momento no le han presentado cargos.

Otras dos personas fueron detenidas en las inmediaciones del camposanto, según informó el periodista Alexandr Pliuschev y el canal de Telegram Avtozak Live, dedicado a informar sobre detenciones.

Según el canal, uno de ellos fue arrestado después de gritar "¿Quién mató a Navalni?"

En la estación de metro Liublinó, a dos estaciones del cementerio, fue detenido al exvicepresidente del movimiento opositor PARNAS, Mijaíl Shnéider, según OVD-info. Según la Policía, Shnéider "se parecía a un hombre declarado en búsqueda y captura".

Decenas de miles de rusos acudieron con flores en las manos y gritos de "Rusia será libre", "Rusia sin Putin", "Navalni", "Liosha (diminutivo de Alexéi), estamos contigo", al entierro de Navalni en el cementerio Borísovo, de la capital rusa.

Las colas para despedirse de Navalni se extendían por varios kilómetros, escenas que no se veían en este país desde hacía muchos años. En previsión de una muestra de afecto tan multitudinaria, la iglesia ortodoxa de Máriino amaneció rodeada por un cordón policial sin precedentes, integrado por cientos de agentes del orden.

Pese al intenso operativo policial, la despedida fue pacífica.

Según AFP, los simpatizantes de Navalni se concentraron cerca del cementerio y de la iglesia, donde su cuerpo fue velado con el ataúd abierto, y muchos corearon lemas contra el Kremlin y su invasión de Ucrania, como "¡No a la guerra!" o "¡No te olvidaremos!".

En el momento del entierro, sonó la banda sonora de la película Terminator 2, que el fallecido ensalzaba como "el mejor filme jamás realizado", indicó su portavoz, Kira Yarmish.

Las exequias tuvieron lugar dos semanas después de la muerte del opositor de 47 años, el 16 de febrero en una prisión en el Ártico, en circunstancias todavía por esclarecer.

Sus colaboradores, su viuda y los países occidentales acusan a Putin de ser responsable de su muerte, lo que niega el Kremlin.

El cuerpo de Navalni estuvo retenido durante ocho días y la familia tuvo dificultades para encontrar un lugar que aceptara acoger la ceremonia.

A la iglesia solo pudo entrar un reducido número de personas. El coche fúnebre había llegado poco antes, entre los aplausos de miles de personas, en fila, custodiadas por policías antidisturbios.

"Es doloroso, la gente como él no debería morir, gente honesta, con principios, dispuestos a sacrificarse", dijo Anna Stepanova, citada por AFP.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, advirtió que cualquier manifestación "no autorizada" con motivo del funeral podría ser sancionada. Durante su rueda de prensa diaria, Peskov afirmó también que no tenía "nada que decirle" a la familia del difunto.

La viuda del líder fallecido, Yulia Navalnaya, agradeció a su marido "esos 26 años de felicidad absoluta", en un mensaje de adiós publicado en redes sociales.

"No sé cómo voy a vivir sin ti, pero haré lo que pueda para que allá arriba estés contento y orgulloso de mí", dijo. "Siempre te querré".

El hermano del opositor, Oleg Navalni, publicó fotos en los que aparecían los dos juntos, y escribió: "Duerme tranquilo, hermano, y no te preocupes por nada".

Al funeral asistieron tres figuras destacadas de la oposición rusa: Evegueni Roizman, Boris Nadezhdin y Ekaterina Duntsova, así como los embajadores de Estados Unidos, Francia y Alemania.

"Ya no tenemos políticos así y nadie sabe cuándo volverá a haber", declaró a la AFP Maria, una bibliotecaria de 55 años, quien dijo sentir a la vez "miedo y tristeza".

Por su parte, Denis, un voluntario en una asociación caritativa, de 26 años, afirmó que Navalni fue quien hizo que él se "interesase por la política", en un país con un régimen cada vez más autoritario donde la desafección de los jóvenes por esas cuestiones es muy importante.

El equipo de Navalni había llamado a los moscovitas a acudir a la iglesia y despedirse del fallecido, y a sus apoyos en otras ciudades y en el extranjero, a concentrarse delante de memoriales para honrar su memoria.

Los actos resultan molestos para el Kremlin, dos semanas antes de las elecciones presidenciales, que seguramente confirmarán a Putin en el poder.

En los días posteriores a la muerte de Navalni, cerca de 400 personas fueron detenidas por la Policía en varias concentraciones improvisadas, organizadas para rendirle homenaje.

Antes de su envenenamiento, en 2020, del que sobrevivió por poco y del que acusaba a Putin, así como de ser arrestado y condenado a 19 años de cárcel por "extremismo", Navalni lograba movilizar a una gran cantidad de gente, sobre todo en la capital rusa.

Su movimiento, que investigaba y denunciaba la corrupción de las élites rusas, fue desmantelado en los últimos años. Numerosos colaboradores suyos fueron encarcelados o se vieron obligados a exiliarse.

Ahora, Yulia Navalnaya promete que continuará con el combate de su esposo. Leonid Volkov, un aliado del difunto, prometió que su equipo "no se rendirá". "El bien siempre le gana al mal".

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