Ignacio Rodrigo

Diario de Cuba

 

'La vida cotidiana de los argentinos está enfocada en hacer frente a una inflación con índices que hacen recordar la pesadilla de la hiperinflación de 1989-1990.'

Dentro de un mes tendrán lugar las elecciones presidenciales en Argentina. Más allá de un debate político a tres bandas, algo no visto en décadas, la vida cotidiana de los argentinos está en realidad enfocada en hacer frente a una inflación desatada con índices que hacen recordar la pesadilla de la hiperinflación de 1989-1990.

La inflación de agosto de 2023 fue de 12,4%, informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Se trata de índice mensual más alta desde febrero de 1991, cuando el país comenzaba a domar los índices hiperinflacionarios de 3.079% en 1989 y de 2.314% en 1990. La tasa de este agosto prácticamente duplicó la inflación del mes anterior, julio de 2023, y llevó el alza anualizada a 124,4%.

De acuerdo con el INDEC, en agosto el rubro alimentos y bebidas no alcohólicas, el que más impacta en los sectores más pobres, tuvo el alza mayor: 15,6% mensual. En el mes hubo un importante salto en el precio de la carne y en verduras y pan. Lo siguió otro rubro sensible para la población, salud, que se incrementó un 15,3%, sobre todo por aumentos en medicamentos.

Que la inflación esté en los niveles de hace tres décadas, cuando el país estaba agobiado y se vivía una cruda crisis económica, no es precisamente el escenario ideal para que el ministro de Economía y candidato del peronismo, Sergio Massa, pueda tener éxito en las urnas.

Su candidatura está, a ojos de analistas, estrechamente ligada al resultado económico de la gestión suya como parte del Gobierno que encabezan el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, hasta que en diciembre próximo ocurra el cambio de mando.

Sin grandes éxitos en lo económico y, al contrario, poniendo en marcha un plan de ajustes negociado con el Fondo Monetario Internacional, termina siendo esta recta final de la campaña el escenario más contradictorio para las intenciones del peronismo de conservar el poder.

Sin perspectivas económicas de mejoría en el muy corto plazo (en cuestión de días o semanas), y políticamente encarando una seria contradicción, ya que el kirchnerismo (la línea de más peso actualmente en el peronismo) quebró lanzas en contra del FMI a lo largo de los últimos años y ahora debe aceptar que cualquier esquema de gobernabilidad pasa por acuerdos con el multilateral.

El alza de la inflación en estas semanas finales de la campaña no solo reduce el chance de triunfo para Massa, un político veterano sin formación específica en economía y que terminó siendo el superministro del sector, sino que también arrima puntos en favor del economista y diputado ultraliberal Javier Milei, ya que buena parte de su promesa electoral de un cambio radical está precisamente centrada en una profunda y rápida reconversión de las finanzas públicas, incluyendo su oferta más sonada, la dolarización de Argentina.

Milei fue la gran sorpresa en las elecciones primarias de carácter obligatorio de hace cinco semanas, al ser el candidato más votado. En segundo lugar, sumando los votos de sus dos candidatos, quedó la coalición conservadora Juntos por el Cambio, donde resultó ungida la exministra Patricia Bullrich, quien fue estrecha colaboradora del presidente Mauricio Macri en el Gobierno de este entre 2015 y 2019.

Aunque Massa quedó en tercer lugar en esas primarias, algunas encuestas posteriores no lo muestran de tercero de cara a las presidenciales del 22 de octubre. El que Milei haya sido el más votado parece que terminó afectando de forma más negativa a Bullrich. Igualmente, que el eje de la discusión pública, en las semanas antes de ir a las urnas, sea lo económico tampoco le ha favorecido, dado que su fortaleza está en materia de seguridad.

A juicio de analistas, el gran desafío de Bullrich es evitar que Milei le robe votos, dado que a grandes rasgos compiten dentro del mismo espectro político de centroderecha. Eso explica el notable giro dado a conocer hace tres semanas al nombrar a Carlos Melconian, no solo como posible ministro de Economía, en caso de que triunfe, sino también como vocero de las propuestas económicas en la campaña, como reseñó DIARIO DE CUBA.

Este 22 de septiembre, Milei avivó el debate sobre el futuro manejo de la economía al anunciar que el economista y profesor universitario Emilio Ocampo estaría al frente del Banco Central en un gobierno suyo y que desde dicha posición tendría la responsabilidad de implementar la dolarización en Argentina.

"Un honor que Javier Milei me haya elegido para cerrar el Banco Central y eliminar la inflación, el impuesto más perverso y arbitrario que existe y que desde hace décadas contribuye al empobrecimiento de los argentinos", manifestó Ocampo.

El diario Clarín difundió los resultados de una encuesta nacional realizada por Opina. Milei ha subido en intención de voto, para ubicarse en 34%, pero esa es aún una cifra lejana para impedir que haya un balotaje. La segunda vuelta tendría lugar el 19 de noviembre.

De acuerdo con este sondeo de Opina, Massa obtendría el 29% de los votos, gracias a una movilización del voto de base peronista, y la gran derrotada sería Bullrich que quedaría en un tercer lugar con un 24%.

La estrategia del peronismo, como adelantó DIARIO DE CUBA, ha sido enfatizar lo que es una breve campaña (entre las primarias y la primera vuelta) antagonizando con Milei, para que en un escenario de polarización se reactive un votante descontento con el peronismo que pueda ver que peligran las dádivas del Estado en caso de que el economista ultraliberal sea el ganador en las presidenciales.

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