Volver a una situación de control de los elementos fundamentales de la economía será difícil, advierten economistas.

Si bien estaba claro que la unificación monetaria no sería implementada a corto plazo en Cuba, la crisis del coronavirus ha añadido nuevos obstáculos.

A finales de 2019, las autoridades dieron pasos que hicieron pensar en la existencia de una estrategia para debilitar el peso convertible cubano (CUC), que el Gobierno equipara al dólar. Decidieron, por ejemplo, que en dos tiendas de la capital se realizaran las devoluciones solo en moneda nacional. A esto se sumó la apertura de tiendas para vender productos exclusivamente en divisas extranjeras.

En esos días, fuentes oficiales, que evaden el tema en la mayoría de los casos, declararon vagamente estar trabajando en el proceso de unificación, anunciado desde 2013.

El economista Elías Amor, consultado por DIARIO DE CUBA sobre cómo afectará la pandemia de Covid-19 la eliminación de la dualidad monetaria, opinó que "debe variar, al menos, el procedimiento elegido por las autoridades, que preveían un progresivo deterioro del CUC y el refuerzo del CUP (moneda nacional) para unificar a partir de esta moneda".

La reacción a la pandemia —explicó— lleva asociada importantes riesgos, por el aumento del gasto público y la considerable disminución de los ingresos del país debido a la paralización de sectores como el turismo.

El déficit público podría llegar a duplicar la cifra actual y situarse por encima del 20% del PIB, consideró.

Esta caída sería insostenible, señaló el economista, y estimó que se necesitará una expansión monetaria para la financiación del déficit. Al respecto, "conviene recordar que el Banco Central de Cuba financia el déficit mediante la compra de bonos soberanos que lo respaldan, y eso es creación de dinero que, además, se hace en CUP, y no en CUC", dijo.

Amor pronosticó que "el crecimiento de la cantidad de CUP en circulación con respecto al CUC revalorizará esta última moneda (la más escasa), justo lo que no quiere el Gobierno que ocurra".

"Y como habrá menos bienes y servicios en circulación que papel moneda (como ocurrió en el Período Especial), el CUP tenderá a depreciarse más aún, perdiendo interés entre la población", añadió.

Esto podría provocar, como de hecho ya viene sucediendo en los últimos tiempos, que muchas personas busquen cambiar su dinero por divisas como los dólares o euros.

Este panorama, indudablemente, no será favorable para unificación monetaria. Volver a una situación de "normalidad" y control de los elementos fundamentales de la economía para llevar adelante la unión de las dos monedas "será muy difícil a corto y medio plazo", advirtió Elías Amor.

El Gobierno introdujo el peso convertible (CUC) como un elemento de tránsito dentro de una economía parcialmente dolarizada durante la crisis de los 90; pero dura ya más de 25 años.

Las autoridades cubanas impusieron el CUC como única divisa autorizada en comercios, instalaciones turísticas, negocios privados e incluso transacciones entre empresas estatales de la Isla.

Sin embargo, la dualidad monetaria ha creado una anomalía que dificulta el desarrollo económico del país y crea distorsiones principalmente en el sector empresarial. Los expertos creen que su eliminación favorecería la recuperación de la débil industria nacional.

A nivel social, la doble moneda ha creado desigualdad en las opciones de consumo de la población, ya que los bienes se encuentran divididos entre los que venden en moneda convertible (casi siempre de mejor calidad), y en moneda nacional (más limitados, escasos y rudimentarios).

El Banco Mundial pronostica una caída de un 4,6% el PIB de Latinoamérica durante 2020 debido a la pandemia. Para Cuba, se calcula una caída de entre el 3% y 6%, a lo que se suma el estancamiento que ha caracterizado en los últimos siete años la economía de la Isla.

El economista Pavel Vidal ha advertido que el Gobierno cubano parece estar encaminado a tomar medidas semejantes a las de la crisis de los 90, que incluirían la flexibilización del plan económico central, una autonomía empresarial selectiva y la redolarización.

El futuro económico cubano podría ser catastrófico, considera por su parte el comunicólogo Lenier González en un artículo publicado recientemente. Menciona la posibilidad de una crisis humanitaria, propiciada por la profunda crisis estructural que padece el sistema económico y sociopolítico cubano, agravada por la pandemia del nuevo coronavirus.

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