Por Andres Cañizales

Diario de Cuba

 

Con el triunfo electoral de este domingo, Gustavo Petro será el primer presidente de izquierda en la historia democrática de Colombia.

Durante la última semana de la campaña, pese a la difusión de vídeos controvertidos de sus reuniones con colaboradores estrechos, el izquierdista Gustavo Petro logró romper lo que preveían las encuestas como un empate técnico, para alcanzar un triunfo sin discusión en la segunda vuelta para elegir al nuevo presidente de Colombia.

Petro, de 62 años, un ex guerrillero con una truncada y polémica gestión como alcalde de Bogotá, ha alcanzado la presidencia tras dos intentos previos. Será el primer presidente de izquierda en la historia democrática de Colombia y pone fin, además, a lo que fue la tradición en la que liberales y conservadores se turnaron en el poder en los últimos 60 años. Se trata, desde todo punto de vista, de un cambio de época para la política y las instituciones colombianas.

De acuerdo con los resultados dados a conocer de forma bastante expedita por las autoridades electorales, con prácticamente el 100% de los votos escrutados y sin denuncias de fraude o irregularidades, Petro se hizo con el 50,44% de los votos, mientras que su adversario, el empresario y ex alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, obtuvo el 47,31% de los sufragios.

Petro ha estado como primera opción para la presidencia, según todas las encuestas desde fines del año pasado. Su triunfo, desde ese punto de vista no es ninguna sorpresa.

El verdadero fenómeno electoral en Colombia ha sido Hernández, conocido como "El viejito del Tik Tok", por su uso de esta y otras redes sociales. De tener escasamente un 10% de respaldo hace unas seis semanas, logró crecer de forma arrolladora para meterse en la dupla que emergió de la primera vuelta, el 29 de mayo, y de esa forma estuvo en el balotaje disputando la presidencia con Petro.

Hernández se negó a debatir en público con Petro e incluso desoyó una decisión judicial que lo emplazó, en respuesta se atrincheró en las redes sociales. En los días previos a las elecciones, además, se difundió un vídeo suyo en un yate de lujo, al parecer alquilado por una farmacéutica, en el que se le ve bailando con mujeres junto a su hijo, señalado por corrupción.

Humberto de la Calle, senador de centro y quien fue figura clave en el proceso de paz firmado en Cuba en 2016, sostiene que con el triunfo de Petro este proceso podría tomar nuevos bríos. Las FARC y el Gobierno de Juan Manuel Santos lograron un tratado firmado en la capital cubana que implicó la incorporación de los guerrilleros a la vida política colombiana.

Justamente Petro saltó a la carrera política tras un proceso de paz anterior. Ya que el hoy presidente electo fue guerrillero del M19 y esto también simboliza la transformación política que vive Colombia.

Aunque la paz se firmó con las FARC en 2016, este propio año en particular quedó en claro que no todos los insurgentes se acogieron al tratado de La Habana. Por un lado, varios frentes de las propias FARC, llamados ahora disidencias, decidieron volver a la clandestinidad para seguir con operaciones de contrabando, narcotráfico y extorsiones.

Los enfrentamientos entre las FARC y el otro grupo guerrillero que se ha negado a firmar un acuerdo de paz, el ELN, así como la vinculación de las Fuerzas Armadas de Venezuela con el ELN —según denuncias de varias reconocidas ONG de derechos humanos—, constituirá otro tema álgido para el Gobierno de Petro, dada la cercanía que se espera tenga su mandato con el régimen de Nicolás Maduro.

A lo largo de este año se han producido diversos enfrentamientos, asesinato de figuras guerrilleras y desplazamientos de población campesina en la vasta y poco controlada frontera colombo-venezolana. El ELN, por su parte, dio en semanas recientes una demostración de su capacidad al realizar un paro armado en varios departamentos (provincias).

El tema de la seguridad en su conjunto será un asunto álgido para Gustavo Petro. Voceros del alto mando militar manifestaron con antelación su rechazo a una presidencia de Petro, y son las Fuerzas Armadas de Colombia las encargadas de poner fin a las actividades irregulares de las otras guerrillas si estas siguen sin acogerse a una negociación. Todo esto tiene como trasfondo graves denuncias de violaciones a los derechos humanos por parte de los uniformados colombianos en estos años de Gobierno de Iván Duque.

Junto a la seguridad, Petro enfrentará un escenario complejo para llevar adelante sus promesas de cambio y justicia social. Tendrá una frágil gobernabilidad, con la necesidad de construir un equilibrio institucional.

Edward Pérez, profesor de la Universidad de Los Andes en Bogotá, plantea que "Petro debe respetar a los demás poderes del Estado". Esto implica "no caer en la tentación de atacar las Cortes cuando no hagan lo que quiera o de imponer jueces que no sean independientes". Este profesor de Derecho advierte: "Hablar de una Constituyente es un peligro para la democracia".

Con 20 de 108 senadores y 28 de 188 representantes en la Cámara Baja, es notable la necesidad de pactos y acuerdos que deberá negociar el Pacto Histórico, la coalición que respalda a Petro, con otras fuerzas políticas.

"La euforia toma la opinión por el triunfo de Petro, pero hay que recordar que las elecciones legislativas se realizaron en Colombia el 13 de marzo. El resultado de esta segunda vuelta dejo una gigantesca polarización. Tocará negociar", adelanta el articulista de izquierda Javier Biardeau.

Ya durante la campaña Petro hizo varios guiños a uno de los partidos tradicionales de Colombia, el Liberal, que cuenta con 14 senadores y 32 representantes. Asimismo, varias figuras de centro, así como organizaciones verdes o ambientalistas se han ido manifestando a favor de respaldar las iniciativas del nuevo presidente. Es el caso de Humberto de la Calle, electo como senador por la coalición de centro en las legislativas del pasado 13 de marzo.

El nuevo Congreso colombiano asumirá el 20 de julio y Petro se juramentará como presidente el 7 de agosto para un periodo de cuatro años.

Por otro lado, diversos analistas han recordado que Petro ha obtenido el triunfo electoral, entre otros factores, por el hartazgo con la clase política tradicional. El deseo de cambio se hizo presente con fuerza entre los colombianos y allí tendrá un desafío central este curtido político, que ha sido representante, senador, alcalde y tres veces candidato presidencial.

Petro tendrá que poner en marcha propuestas de justicia social, de cambios de diverso tipo, sin tener mayoría legislativa y estando Colombia, como el conjunto de América Latina, en un contexto de dificultades económicas postpandemia de Covid-19.

No serán tiempos fáciles para el nuevo presidente colombiano y, tal como ha ocurrido con el presidente chileno Gabriel Boric, quien le ha manifestado en público su simpatía y amistad, el deseo de cambio que palpita en la sociedad puede convertirse muy rápidamente en descontento por no ver unos cambios caracterizado por la urgencia.

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