“Lo reconocieron al partir el pan”

– 23 de abril de 2023 -.

Padre Joaquín Rodríguez

 

Queridos hermanos:

Cada Misa realiza el cumplimiento del mandato del Señor en la última Cena: “hagan esto en memoria mía”. Eucaristía, palabra que define la celebración del misterio que se realiza en la Misa, la Cena del Señor, significa “acción de gracias”. Así Jesús ha querido que la ofrenda de sí mismo a la voluntad y amor del Padre fuese, sobre todo, una acción de gracias; acción de gracias por su amor misericordioso expresado y realizado en el sacrificio redentor de la Cruz.

Esa Última Cena que comió Jesús con sus discípulos dio inicio a la acción por excelencia que hace la Iglesia: En ella la Iglesia reconoce a Jesús al “partir el pan”, expresión originaria con que la Iglesia apostólica se refiere a la Eucaristía; en ella, también, reconocemos a Cristo en los hermanos y recibimos el envío apostólico de ir a contar y compartir con otros lo que hemos “visto y oído”.

Hoy leemos, en el emotivo relato de la manifestación a los discípulos de Emaús como Jesús, después de explicarles las Escrituras, se da a conocer en la “fracción del pan”, mostrándonos San Lucas que será esa la señal de reconocimiento de Cristo y de su Iglesia, convocada a la Cena para celebrar el Sacrificio (Lucas 24, 13-35). La misión apostólica la recibiremos siempre allí, en la Eucaristía, fuente y cumbre de la vida de la Iglesia, como la han llamado los Padres Conciliares del Vaticano II.

Las dos primeras lecturas de hoy nos narran el testimonio de Pedro al comienzo de su ministerio apostólico el día de Pentecostés (Hechos 2, 14.22-33), y al final de su vida, en la carta que escribe desde Roma para confirmar la fe y la esperanza de los cristianos, recordándoles que fueron salvados en la sangre de Cristo (I Pedro 1, 17-21).

La incertidumbre y el desaliento llenan a los “dos discípulos de Emaús”, a quienes pudiéramos tomar como referencia existencial para los creyentes de todos los tiempos. Hoy también los cristianos sufrimos esa incertidumbre, esa inseguridad cuando andamos buscando entre los muertos al que, en realidad, vive entre nosotros.

Hoy también Jesucristo resucitado nos sale al encuentro y camina con nosotros, y nos explica con calma todo lo referente a su obra y a nuestra desesperanza cuando insistimos en buscarlo donde no está. La clave está en “la fracción del pan”, porque es en ese compartirlo a El con su Cruz, donde y cuando nos reconoceremos en El y a El en los hermanos: fraternidad fecunda que parte del amor compartido y va a anunciar a otros lo que “hemos visto y oído”.