“de Moisés y la Samaritana”--

 – 12 de marzo de 2023 -.

Padre Joaquín Rodríguez.

 

Queridos hermanos:

Comenzamos hoy los domingos de temas bautismales, de antigua tradición eclesial en la preparación de los catecúmenos a los Sacramentos de Iniciación cristiana que celebraremos en la ya cercana Vigilia Pascual. Los temas del “agua viva”, “la luz del mundo” y la resurrección y la vida” nos son presentados a través de los evangelios de “la Samaritana”, “el ciego de nacimiento” y “la resurrección de Lázaro” en una secuencia pedagógica sobre los ‘misterios bautismales”. Las primeras lecturas del Antiguo Testamento y las cartas apostólicas que preceden estos evangelios nos acercan al plan que, desde antiguo, Dios hizo para conducir a su Pueblo elegido, de la muerte del pecado hacia la vida nueva en Cristo.

El agua milagrosa dada por el Señor en el desierto es uno de los grandes favores que recibe Israel. El agua simboliza en la Biblia, entre otras cosas, las bendiciones de Dios y, particularmente, la efusión del Espíritu del Señor que renueva la vida de Israel. Es en el desierto donde se puede tener la experiencia más radical de lo indispensable que es el agua para la vida; por eso se reveló Dios como el salvador de su pueblo haciendo manar el agua de la roca por mediación de Moisés (Éxodo 17, 3-7). La predicación profética abundará en el simbolismo del agua; en el Nuevo Testamento el mismo tema nos anuncia el cumplimiento del plan de Dios, realizando en nosotros, por la acción de su Espíritu, una Nueva Creación.

Más importante que el agua que da la vida al cuerpo, es el agua viva del Espíritu que Jesús promete a la mujer de Samaría (Juan 4, 5-42); el manantial de la fe, del amor y la esperanza en lo más íntimo de su ser, como nos explica San Pablo en la segunda lectura, enlace perfecto que nos trae el simbolismo del agua derramada sobre el bautizando, representación y signo eficaz del Espíritu Santo por el que nacemos a la vida de hijos de Dios (Romanos 5, 1-2.5-8).

El autor nos presenta el diálogo de Jesús con la Samaritana en un estilo original y propio de su evangelio, utilizando el lenguaje de los símbolos, dobles sentidos, malentendidos de los interlocutores, como recursos para ir introduciendo los temas en un género literario que arropa una verdadera catequesis bautismal: Las catequesis “mistagógicas” o sobre los “misterios”, invitándonos a todos, nuevos y antiguos bautizados, a recorrer el camino por el que aprendemos y profundizamos el valor perenne y redentor de los dones recibidos en el Bautismo y en cada sacramento con los que Cristo mismo, en su Iglesia, santifica nuestras vida, renovando para cada uno, su entrega sacrificial que nos ha traído la Vida Eterna.