Rufino Blanco Fombona (Venezuela)

 

Dardea sus agujas de oro la mañana

y los Andes erigen sus agujas de hielo;

avanza la columna bajo el oro del cielo

por la nieve que, heridas, pincelaron de grana.

 

Ventisqueros y páramos cruzó la caravana,

de jinetes e infantes quedó esterado el suelo;

y de mañana y tarde y mediodía un vuelo

de cuervos, sigue el rumbo de la hueste serrana.

 

La ventisca emparama; el sol quema. La tropa,

en angustias el alma y en hilachas la ropa,

divisa un horizonte de montañas de nieve...

 

Y el desconsuelo postra la exhausta caravana.

Pero Bolívar habla; y en una arenga breve

anuncia la victoria de Boyacá, cercana.