Canto de José Hernández, Argentina

 

XVII

 

791

Le cobré un miedo terrible

después que lo vi dijunto;

llamé al alcalde, y al punto

acompañado se vino

de tres o cuatro vecinos

a arreglar aquel asunto.

 

792

"Anima bendita", dijo

un viejo medio ladiao

"Que Dios lo haiga perdonao,

es todo cuanto deseo,

le conocí un pastoreo

de terneritos robaos."

 

793

"Ansina es", dijo el alcalde;

"Con eso empezó a poblar;

yo nunca podré olvidar

las travesuras que hizo;

hasta que al fin fué preciso

que le privasen carniar.

 

794

"De mozo fue muy jinete:

no lo bajaba un bagual;

pa ensillar un animal

sin necesitar de otro,

se encerraba en el corral,

y alli golpiaba el potro."

 

795

"Se llevaba mal con todos:

era su costumbre vieja

el mesturar las ovejas,

pues al hacer el aparte

sacaba la mejor parte,

y despues venía con quejas."

 

796

"Dios lo ampare al pobrecito",

dijo en seguida un tercero.

"Siempre robaba carneros;

en eso tenía destreza:

enterraba las cabezas

y despues vendía los cueros.

 

797

"¡Y qué costumbre tenía

cuando en el jogón estaba!

Con el mate se agarraba

estando los piones juntos.

-Yo tallo -decía-y apunto-

y a ninguno convidaba."

 

798

"Si ensartaba algún asao

-¡pobre! ¡Como si lo viese!-,

Poco antes de que estuviese

primero lo maldecía,

luego después lo escupía

para que naides comiese."

 

799

"Quien le quitó esa costumbre

de escupir el asador

fue un mulato resertor

que andaba de amigo suyo:

un diablo muy peliador

que le llamaban Barullo."

 

800

"Una noche que les hizo

como estaba acostumbrao,

se alzó el mulato enojao

y le gritó: -¡viejo indino,

yo te he de enseñar, cochino,

a echar saliva al asao!-"

 

801

"Lo saltó por sobre el juego

con el cuchillo en la mano;

¡la pucha el pardo liviano!

En la mesma atropellada

le largó una puñalada

que la quitó otro paisano...

 

802

"Y ya caliente Barullo,

quiso seguir la chacota;

se le había erizao la mota

lo que empezó la reyerta:

el viejo ganó la puerta

y apeló a las de gaviota."

 

803

"De esa costumbre maldita

dende entonces se curó;

a las casas no volvió:

se metió en un cicutal

y alli escondido pasó

esa noche sin cenar."

 

804

Esto hablaban los presentes,

y yo, que estaba a su lao

al oir lo que he relatao,

aunque él era un perdulario,

dije entre mí: "¡que rosario

le estan lanzando al finao!."

 

805

Luego comenzó el alcalde

a registrar cuanto había,

sacando mil chucherias

y guascas y trapos viejos,

temeridá de trebejos

que para nada servían.

 

806

Salieron lazos, cabrestos,

coyundas y maniadores,

una punta de arriadores,

cinchones, maneas, torzales

una porción de bozales

y un montón de tiradores.

807

Habia riendas de domar

frenos, estribos quebraos;

bolas, espuelas, recaos,

unas pavas, unas ollas,

y un gran manojo de argollas

de cinchas que había cortao.

 

808

Salieron varios cencerros,

alesnas, lonjas, cuchillos,

unos cuantos cojinillos

un alto de jergas viejas,

muchas botas desparejas

y una infinidá de anillos.

 

809

Había tarros de sardinas,

unos cueros de venao,

unos ponchos aujeriaos,

y en tan tremendo entrevero

apareció hasta un tintero

que se perdió en el juzgao.

 

810

Decía el alcalde muy serio:

"Es poco cunato se diga;

había sido como hormiga.

He de darle parte al Juez.

¡Y que me venga después

con que no se los persiga!"

 

811

Yo estaba medio azorao

de ver lo que sucedía;

entre ellos mesmos decían

que unas prendas eran suyas,

pero a mi me parecía

que estas eran aleluyas.

 

812

Y cuando ya no tuvieron

rincón donde registrar,

cansaos de tanto huroniar

y de trabajar en balde,

"Vámosnos", dijo el alcalde,

"Luego lo haré sepultar."

 

813

Y aunque mi padre no era

el dueño de ese hormiguero,

el, allí muy cariñero,

me dijo con muy buen modo:

"Vos serás heredero

y te harás cargo de todo."

 

814

"Se ha de arreglar este asunto

como es preciso que sea;

voy a nombrar albacea

uno de los circustantes;

las cosas no son como antes

tan enredadas y feas."

 

815

"¡Bendito Dios!', Pensé yo,

"Ando como un pordiosero,

y me nuembran heredero

de toditas estas guascas.

¡Quisiera saber primero

lo que se han hecho mis vacas!"