J.M. Sadurny

 

Conocidos como "Los Tres Grandes", los principales dirigentes mundiales se reunieron en Yalta, a orillas del mar Negro cuando la Segunda Guerra Mundial tocaba a su fin. En dicha reunión, que tenía que decidir el futuro de Europa, surgieron numerosas discrepancias que al final desembocarían en la Guerra Fría entre el bloque occidental y el bloque del Este, liderado por la Unión Soviética.

Bañada por las aguas del mar Negro se encuentra la península de Crimea, conocida por ser el lugar favorito de veraneo de los zares y las familias aristocráticas de Rusia, que solían pasar los estíos allí por su agradable clima. Mientras Europa veía con alivio la caída del Tercer Reich, "Los Tres Grandes", como se llegó a conocer a los mandatarios de las tres grandes potencias del momento: el dirigente de la Unión Soviética Yosif Stalin, el presidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt y el premier británico Winston Churchill, se reunían en Yalta, una pequeña localidad situada en la costa de Crimea, el 4 de febrero de 1945. Yalta iba a ser el escenario de una conferencia (que recibió el nombre en clave de Operación Argonauta), cuyo objetivo era decidir el destino del mundo tras la guerra.

MIEDO A STALIN

Los tres lideres aliados habían iniciado una serie de encuentros en agosto de 1942 en Moscú, que tuvieron continuidad en Casablanca en enero de 1943, El Cairo en noviembre de 1943 y finalmente en Teherán en diciembre de 1943. El general Charles de Gaulle, por entonces presidente provisional de Francia, intentó por todos los medios que su país estuviera presente en Yalta, pero se encontró con la férrea oposición tanto de Stalin como de Roosevelt, que creían que Francia no merecía estar allí. El 2 de febrero de 1945, un par de días antes de que tuviese lugar el encuentro en Yalta, Roosevelt y Churchill se habían reunido en La Valetta, la capital de Malta, con el objetivo de acordar una postura común frente a las posibles peticiones de Stalin.

Días antes de celebrarse el encuentro en Yalta, el 2 de febrero de 1945 Roosevelt y Churchill se habían reunido en La Valetta, la capital de Malta, con el objetivo de acordar una postura común frente a las posibles peticiones de Stalin.

Al inicio de la Conferencia, Stalin partía con ventaja respecto a Roosevelt y Churchill, puesto que el Ejército Rojo se encontraba muy cerca de Berlín, a solo 70 kilómetros, y ocupaba casi toda Europa Oriental. En cambio, los aliados occidentales retrasaron su avance hacia el Este tras la batalla de las Ardenas, que tuvo lugar entre diciembre de 1944 y enero de 1945. La negociación se preveía dura. Años después, documentos desclasificados por el gobierno soviético confirmaron este extremo. Mientras que para Moscú era esencial mantener a sus tropas en Irán para asegurarse el acceso al petróleo, así como el reparto definitivo de Alemania, para Londres lo más importante era la cuestión polaca. Ante aquel panorama, Estados Unidos empezaba a perfilarse como el nuevo árbitro mundial, y ya se estaba planteando la creación de un organismo internacional como las Naciones Unidas. Asimismo, los estadounidenses también pensaban cómo convencer a Stalin de que la Unión Soviética entrase en la guerra del Pacífico. Para ello se ofreció a Stalin las islas Kuriles y mantener el statu quo en Mongolia Exterior.

EL INICIO DEL "REPARTO"

Como ciudad preferida de los antiguos zares, Yalta disponía de varios palacios suntuosos. Los de Livadia, Yusupov y Vorontsov fueron el escenario escogido para la conferencia, a la que Churchill no acudía demasiado tranquilo. El premier presentía que la "guerra fría" entre los bloques acabaría siendo inevitable. De Yalta, a pesar de que las negociaciones fueron realmente tensas, iba a surgir un nuevo orden mundial protagonizado por Estados Unidos y la Unión Soviética. En la reunión, que se inició el 4 de febrero, tan solo estuvieron presentes unos cuantos fotógrafos y cámaras que inmortalizaron la primera sesión, en la que se debatieron algunas cuestiones menos importantes.

Stalin se encargaría de presidir el encuentro del día 5, donde se discutió el reparto de Alemania. El secretario de Estado norteamericano Frank Stettinius y el secretario de Asuntos Exteriores británico Anthony Eden recordaron a Stalin y a Molotov, su ministro de Exteriores, el fracaso del Tratado de Versalles tras la Gran Guerra, que acabó llevando a Europa inexorablemente a la segunda Guerra Mundial al suponer una humillación para Alemania. Las proposiciones de norteamericanos y británicos fueron rechazadas sistemáticamente por los representantes soviéticos, que les recordaban constantemente el sufrimiento del pueblo ruso, que había soportado "estoicamente y con heroísmo" los actos de crueldad perpetrados por los alemanes durante la invasión.

Las proposiciones de norteamericanos y británicos eran rechazadas sistemáticamente por los representantes soviéticos, que les recordaban constantemente el sufrimiento del pueblo ruso.

Los aliados acordaron también desmilitarizar Alemania y dividirla en cuatro zonas de ocupación controladas por la Unión Soviética, Estados Unidos, el Reino Unido y Francia (país que al final fue incluido en las negociaciones, aunque en inferioridad de condiciones que los otros tres). También se impusieron importantes sanciones económicas al país germano (la Unión Soviética sugirió solicitar, a modo de indemnización de guerra, 20.000 millones de dólares, de los cuales pidieron la mitad), que tuvo que renunciar a algunos territorios como Prusia Oriental y parte de Pomerania. Los ríos Oder y Neisse marcarían a partir de entonces la frontera oriental del país. Otro punto importante fue la creación del tribunal internacional que se tendría que encargar de juzgar a los principales criminales de guerra nazis, juicio que tendría lugar en la ciudad alemana de Nüremberg.

https://historia.nationalgeographic.com.es/a/conferencia-yalta-inicio-guerra-fria_16289