Por Héctor Julio Cedeño Negrin

 

Los gobernantes cubanos están realmente preocupados por la fulminante victoria de Donald Trump. Obtenida durante el juicio político, que le fuera incoado por los miembros del partido demócrata. Con este juicio los demócratas abrigaban la ilusión de removerlo del poder, contra de la voluntad de los electores que lo proclamaron en 2016.

Los dictadores cubanos y el resto de su cohorte nauseabunda, estaban convencidos de que Donald Trump perdería su puesto y así lo expresaron en las redes sociales, donde estaban muy activos y entusiasmados, Mariela Castro, Bruño Rodríguez de la parrilla y demás ilusionistas trasnochados.

Soñando con ese desenlace llevaban desde diciembre y así esperaron el 2020. Pero fracasaron los "tontons macutes" que se cogieron el dedo con la puerta. El Presidente salió ileso y mucho más fortalecido de lo esperado, lo que lo sitúa con ventaja para las elecciones de noviembre del 2020.

Resultó contrario a lo que esperaban sus detractores. Como dijera José Díaz-Balar el presentador de noticias Telemundo; "los demócratas salieron echando chispas". También echaron chispa; Bruño parrilla, la felina Mariela y los “iluminatis” de la dictadura. No sé porque siempre me parece que Mariela es el nombre de un gato o el de una gata.

Antes del "Juicio Político" el picheo de Donald Trump era bajito y a cien millas por hora, hoy Donald está lanzando, bajito, “pegao” y a ciento veinte millas. La bola, ni la ven pasar, no hay tiranía que le batee. Con Mr Donald Trump en la lomita, el equipo castrista y el madurista, no han podido chocar con la bola ni de casualidad, solo se escuchan sus alaridos y el pataleo.

En Cuba, los "analistas políticos de la Mesa Retinta", no han querido examinar ni mencionar siquiera, los resultados del Juicio Político, en el Senado. Ellos, siempre tan analíticos, minuciosos, tan pretenciosos y creídos. Han preferido olvidar el tema y hasta se sienten frustrados, ante la mención del asunto.

No quieren ni comprender lo que ocurrió en la realidad. Solo en el noticiero de la televisión, han insinuado que con el dinero que tiene Donald Trump, se podría comprar hasta el alma del diablo, pero no se atreven a decirlo públicamente y prefieren enmudecer. Tampoco lo mencionan en Telesur.

Con el apretón de tuercas del gobierno estadounidense, los gobernantes de cubanos están al borde de la desesperación, haciendo lo indecible, para mantenerse en el poder y para no ceder a las presiones de Donald Trump.

Pero les falta poco para boquear. Por eso cifraron sus esperanzas, en que cayera el Presidente. Ahora solo les queda esperar a las elecciones de noviembre, para ver si cambia su suerte y con esa ilusión siguen viviendo. Si Trump gana otros cuatro años, morirán de rabia y de inanición.

Pero son sólo ilusiones. Le pidieron mil millones de euros a Vladimir Putin, para ver si pasan este momento tan amargo y difícil y logran sobrevivir. Con ese dinero esperan mantenerse a flote durante unos meses, pero el panorama no parece muy esperanzador.

El administrador de la tiranía invitó a Putin, para un paseo por la otra Cuba, la de los tiranos, donde no ocurren derrumbes y se vive placenteramente. Ya veremos con la visita que se propone el ruso y que le ofrecerán a cambio. Va y le ofrecen una bahía de Cuba, para que construya una base militar, ahora que Rusia ha decidido plantar cara a los Estados Unidos.

De pronto Vladimir Putin parece decidido a embaucarse nuevamente entre las patas, de la tiranía, él, que se ha convertido en el tirano de Rusia. A lo mejor quiere volver a la “era gloriosa” de los ochenta, tiempo en el que Fidel Castro, contribuyó a la ruina de la Unión Soviética.

El que por su gusto muere, la muerte le sabe a gloria. No se sabe que esperan obtener, los rusos de Cuba, porque ya una vez pasaron por este calvario y fracasaron míseramente.

Fueron conducidos a la ruina total, desangrados por la tiraría de los hermanos Castro, que los manipularon a su antojo. ¿Que puede haber cambiado para que deseen tropezar de nuevo con la misma piedra? La respuesta la tendrá Putin, aunque él no parece ser, el clásico tonto ruso al que aluden los cubanos.

Por lo pronto la derrota del partido demócrata, tiene preocupados a los tiranos de Cuba, que no ven con buenos ojos la continuidad de Donald Trump, por otros cuatro años.

La permanencia del republicano en el poder, sería algo devastador para la tiranía, sobre todo si el Presidente les sigue apretando las clavijas. Algo más que probable y objetivo especial de Donald Trump, quien sabe cumplir siempre sus promesas.

Para el resto de las dictaduras de América, las cosas se pondrán peor, eso lo saben Maduro y Ortega. El 2020, tiene un mal augurio para los tiranos, no lo olviden.