Por Armando Ribas

 

Cada día que pasa me convenzo más de la sabiduría de Protágoras quien nacido 496 años antes de Cristo había dicho: “El hombre es la medida de todas la cosas, de las son como son y de las que no son”. Y tal como reconociera más tarde David Hume Protágoras había demostrado la razon de esa razón empíricamente.

La evolución del mundo es un hecho incontrovertible y ya Protágoras respecto a Dios se había considerado agnóstico, visión que comparto, en razón de la imposibilidad del conocimiento al respecto. Perdón pero voy a repetir un hecho coo dije antes incontrovertible. Fue reconocido por William Bernstein que en su obra The Birth of Plenty expuso que hasta hace unos doscientos años el mundo vivía como vivía Jesucristo.

Por siglos la virtud del hombre era matarse los unos a los otros. O sea la guerra como reconociera Kant en su “Idea for a Universal History escribió: “Los medios que la naturaleza emplea para lograr el desarrollo de capacidades innatas es el  antagonismo en la sociedad”. Y seguidamente escribió: “El hombre busca la concordancia, pero la naturaleza conociendo lo que es mejor para las especies, desea la discordancia”. Y llegó Hegel: “La guerra es el momento ético de la sociedad”.

En virtud de esto principios surgió la guerra de los Treinta Años en que entre 1600 y y 1630 murió la mitad de la población de Europa. Y llegamos al siglo XX y al respecto escribió Jean François Revel: “Son loe europeos que yo sepa los que hicieron del siglo XX el más negro de la historia…en las esferas política y moral se entiende. Ellos fueron los que produjeron los dos cataclismos de una amplitud sin precedentes que fueron las dos guerras mundiales. Ellos fueron los que inventaron y realizaron los dos regímenes más criminales jamas infligidos a la especie humana”.

No obstante estos hechos nos encontramos en un mundo sin precedentes en la historia como reconociera William Bernstein. Y llegó por cierto la sabiduría del hombre con las ideas que transformaron al mundo y que comenzaron en Inglaterra con Locke, Hume y Adam Smith y fueron llevadas a sus últimas consecuencias por los Founding Fathers en los Estados Unidos.

Voy a insistir que este proceso no fue el resultado de la acción de Dios. Si así hubiese sido no habría otra calificación a ese accionar que la inequidad, pues la virtud no puede explicar la transformación por que deja inerme el período de hambre  y falta de libertad de más de mil años en la historia. Por tanto vuelvo a Protágoras y fue el hombre la medida de este proceso de la historia y llegaron las cosas que son y que lamentablemente hoy parecen rechazadas y descalificadas éticamente por el socialismo. O sea enfrentamos las que no son.

Otro factor decisivo en la historia ha sido la superación de enfermedades que permitieron que hoy se pueda vivir por tiempo inusitado. Por siglos la vida del hombre no superaba los 40 años y no ha sido la naturaleza la que ha permitido la superación de la vida sino el hombre. Todavía recuerdo al respecto que hasta 1945 no había penicilina y una infección provocaba la muerte.

Asimismo recuerdo un bolero famoso Nosotros. En 1940 el autor Pedro Junco se despedía de su mujer porqué había contraído la tuberculosis. Y asi dijo “nosotros que nos queremos tanto debemos separarnos no me preguntes más…” Así fue Violeta en la Traviata. Hoy la China que ha dejado de ser un peligro como en la era de Mao Tse Tung se ha convertido en un peligro vital por el “corona virus”. Esperemos por Protágoras y lo superemos.

Por último pero no menos importante el mundo vivió sin electricda por siglos y a fines del siglo XIX en virtud de una acción del hombre de las que son hagase la luz y la luz fue hecha. Tampoco había autos has principios del siglo XX. Pero nuevamente la naturaleza se encarga de de destruir los dones creados por el hombre y apareció el recalentamiento global. Esperemos que con Protágoras a la cabeza el hombre logre superar el recalentamiento sin perder los dones obtenidos.